El premiado retrato inspirado en los temas que aún dedica un músico xalleiro a la mujer a la que amó

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTA COMBA

FINA SILVARIÑO

Isabel Antelo, nieta de Silvariño, un excomponente de la orquesta Los Dinámicos, sacó una tierna fotografía de su abuelo con la que ganó un certamen nacional

15 dic 2020 . Actualizado a las 20:13 h.

La xalleira Isabel Antelo Silvariño ha sumado un nuevo reconocimiento a su lista particular, donde ya hay un Goya de la Asociación de Fotógrafos y Videógrafos Profesionales de Aragón. Ahora acaba de ganar otro certamen nacional, los Premios Quijote, con un retrato muy personal. El protagonista es su abuelo materno y detrás de la imagen se esconde una hermosa historia, inspirada en los temas que aún dedica a sus 82 años Herminio Silvariño Vilas a la mujer a la que amó, Ermelinda Pazos, con la que compartió casi medio siglo. «Recordo que a ela lle gustaba especialmente unha canción: Qué será / será...», entona la fotógrafa con estudio en Santa Comba. «El dedicáballa cada tarde, mirándoa fixamente aos ollos. É unha imaxe que teño gardada na retina. E, a día de hoxe, aínda que ela faleceu hai xa 16 anos, segue tocándoa cada día, acordándose dela. Tamén interpreta outros temas, pero ese non faia, e é especial porque era o que lle cantaba», afirma Isabel, quien en el 2017 decidió inmortalizar esa tierna estampa. La capturó en blanco y negro. Su abuelo Silvariño (como conoce todo el mundo al excomponente de la banda y la orquesta Los Dinámicos), está sentado, tocando su acordeón con los ojos cerrados y gesto sentido. De fondo, un cuadro del matrimonio. La fotógrafa entró un día por la puerta de la casa familiar, en la parroquia de Mallón, con la cámara en la mano e hizo con total naturalidad el retrato premiado. Para ella, esa foto era una forma de gritar a los cuatro vientos que en el lugar de O Ribeiro se vivió un amor inmortal, y sigue vivo. «Tituleina Eu sempre serei a túa melodía, e ti a miña inspiración eterna».

Cuenta la nieta que el bicho de la música picó a Herminio siendo joven, cuando tendría poco más de 20 años. Empezó en la banda. «Vía que había un fotógrafo retratando ás familias cando tocaba nas festas, que era cando se xuntaba a xente. Chamáballe a atención e fixo un curso por correspondencia. Logo era el, nos descansos das actuacións que tiña, o que se dedicaba a facer as fotos», relata. Era un hombre orquesta. Diestro en el trombón, la batería o el acordeón, instrumento que llevaba a las bodas para amenizarlas, además de una cámara con la que hacer, de paso, el álbum nupcial. Con el tiempo, acabó dejando la música solo para el ámbito doméstico y abrió el estudio Silvariño Fotógrafos, en el que Isabel representa a la tercera generación, cogiendo el relevo de su madre, Fina. Los Premios Quijote se resolvieron en una gala vía streaming (donde, por problemas técnicos, no pudieron intervenir). «O padriño estaba comigo, colléndome a man, emocionadísimo. Todo o que teña que ver coa aboa chégalle moitísimo. A el encantoulle a foto, que xa tivemos exposta na tenda. E, para min, é o traballo máis especial que me puideron premiar, máis sendo nun ano coma este». El año pasado Isabel Antelo ya estuvo nominada a los Premios Quijote, impulsados por la Asociación de Fotógrafos Profesionales de Castilla La Mancha en dos categorías, entre ellas la de retrato (al pequeño Dylan), pero este es el primer Quijote que va a parar al estudio xalleiro.