El cableado, las zonas verdes sin sembrar y los restos de obras afean la reforma de Vista Alegre

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTA COMBA

La retirada de los cables de las fachadas requiere de un proyecto adicional y los jardines no se acondicionarán hasta octubre

19 sep 2017 . Actualizado a las 23:02 h.

La transformación del barrio de Vista Alegre encara el final del camino iniciado hace unos tres años, cuando arrancó su reurbanización por las calles Boiro, Rianxo y Santa Uxía de Ribeira. Hace poco más de dos, al final del anterior mandato municipal, el proyecto sufrió un duro revés al detectarse diversos problemas y reclamar los comerciantes de la rúa Santa Comba un cambio de diseño que evitara dejar enterrados sus negocios. Esto unido a la quiebra de alguna empresa y al cambio de gobierno en el Concello hizo que las obras no se retomarán hasta el último trimestre del 2015. Ahora cuando a punto están de cumplirse dos años desde su despegue definitivo, los trabajos en las calles y plazas siguen pendientes de flecos.

En el enlace entre las rúas San Uxía de Ribeira, Noia y Santa Comba, donde se derribó el subterráneo, queda por finalizar la instalación de las islas de contenedores soterrados, que están colocándose estos días. Allí todavía está a la vista el armazón de madera que sujeta el nuevo muro de contención del antiguo túnel que ya no existe. Tanto en este punto como en el resto de las calles de Vista Alegre, en las que se finalizaron los trabajos de las calzadas, se está a la espera de que se acondicionen los jardines y se oculte el cableado que ahora cuelga de las fachadas. Por lo que atañe a las zonas verdes, se anunció que no se realizarán las plantaciones hasta octubre. En cuanto al cableado, que no estaba contemplado en el proyecto inicial planificado hace unos cuatro años, el Concello invertirá 30.000 euros para ocultar los cables y acondicionar las bajantes de varios edificios. Precisamente, los cables de las fachadas y los que cruzan de un lado a otro de las calles, esas zonas verdes aún sin sembrar y el material de obra que se acumula por todas las esquinas, incluso en rúas prácticamente terminadas como San Xoán, Noia y Santa Comba, afean un barrio que luce un aspecto totalmente renovado.

Posiblemente, la rúa San Xoán es una de las que brinda una imagen más diferente en Vista Alegre. En esta calle no se pudo comenzar a trabajar hasta la pasada primavera, porque los propietarios no habían llegado a un acuerdo para aceptar el derribo del túnel. Ahora, con los trabajos finalizados, solo quedan pendientes pequeños detalles del alumbrado.

Una de las cuestiones más criticadas por los vecinos es la eliminación de muchas de las plazas de aparcamiento con que contaban en superficie, y el hecho de que las calles interiores de Vista Alegre (Noia, Ribeira, Rianxo) se queden sin zonas para estacionar y se limite el paso de coches a los garajes y al reparto. De hecho, el nuevo diseño de las calles elimina las aceras, ya que toda la superficie pasa a ser de preferencia peatonal, lo que para los vecinos es un peligro.