Recorrido por un valle de Rois con el otro Sarela como vecino

cristóbal ramírez

ROIS

Cristóbal Ramírez

El tramo final del río antes de entregar sus aguas al Sar es un entorno impoluto y de máxima belleza

24 dic 2022 . Actualizado a las 05:05 h.

Quienes conocen el curso del río Sar deberían animarse —dejar caer aquí que están moralmente obligados a hacerlo sería demasiado— a conocer su afluente principal, el Sarela. Y cabe decir que la mayoría de quienes lean estas líneas acaban de pensar en ese río que nace en el norte de Santiago y pasa por las cercanías del monasterio de San Lourenzo de Trasouto. Ese también, pero en este caso no, porque resulta que en la comarca compostelana existe otro Sarela, que con esa terminación ya apunta a que es menor, más pequeño, de menos importancia que el Sar inmortalizado en los versos de Rosalía de Castro.

Y para conocer este segundo Sarela hay que dirigirse rumbo a Noia pero deteniéndose en Urdilde (la mal llamada vía rápida tiene salida) y allí girar a la izquierda por la DP-7401, bien señalizada, una carretera descendente al principio que se estrecha pasados unos metros, viviendas unifamiliares a un lado y a otro, un paisaje amable. Esa bajada tiene fuerte pendiente y procede circular con cuidado por las grandes curvas y porque el estado del firme va a empeorar a cada poco. Tierras, en suma, del ayuntamiento de Rois.

Y así se llega a un valle muy estrecho que va a ir cogiendo ancho a medida que el excursionista avanza. El Sarela va a quedar siempre a la derecha, en ocasiones a tiro de piedra y en otras —sobre todo en la segunda mitad— tapado por la arboleda.

Dos molinos, uno rehabilitado y otro sin rehabilitar, embellecen A Ponte de Tarrón, en Liñares, donde un bar permite recobrar fuerzas. Más adelante, un palomar, un crucero al que le falta la parte de arriba y dos hórreos, uno de gran longitud. En determinado punto se indica Herbogo (que, dicho sea de paso, cuenta con una magnífica iglesia). Yendo por esa pista hasta el Sarela y luego caminando un par de cientos de metros el viajero se planta ante un buen molino tradicional, levantado en un paraje tranquilo, silencioso y de notable alto. Un crucero, magnífico, está en Socastro, antes de O Toxiño, donde abre sus puertas otro bar.

Cristóbal Ramírez

Atención a un magnífico crucero de loreto (o de capilla) después de Contín, a la derecha, mientras el río ya corre con una anchura respetable. Y así se gana A Pontenova. Ahí la recomendación es clara: a la izquierda, y a los 300 metros, a la diestra por una pista recta muy poco antes de cruzar el río. Cuando esta acaba, a la derecha de nuevo (o sea, en dirección contraria a la playa fluvial del Sarela, muy frecuentada durante el verano) para tomar la segunda a la izquierda.

La anterior descripción puede parecer no solo árida, sino igualmente complicado el itinerario. En absoluto: sobre el terreno, siempre llano, se comprueba que es muy sencillo y que la pérdida no resulta fácil. Además, la siguiente referencia es el campo de golf y el campo de fútbol, que hay que bordear, y el emplazamiento de ambos está señalizado y, como resulta obvio, es conocido por cualquiera de los vecinos. Súmesele que se pasa por debajo de la moderna vía del tren, visible a mucha distancia, y ya está la ruta completa.

Cristóbal Ramírez

Poco después quien haya ido en coche tiene que dejarlo y echarse a andar. No solo porque resulta imposible que entre el vehículo en medio de ese bosque donde María, su perra Bimba y sus abuelos son visitantes asiduos y orientan al recién llegado, sino porque solo así, paso a paso, es posible admirar un entorno impoluto y de máxima belleza. Un enclave por el que serpentea el Sarela, ya a punto de entregar sus aguas al Sar. Llegar hasta ese punto concreto exige un pequeño esfuerzo, porque el camino se ha cerrado. Gran final.

INICIO

42°49’55’’ N 8°44’01’’ W

LA FOTO MÁS PERSONAL

Ante el crucero de loreto.

EL DESAFÍO

Localizar el nacimiento del Sarela.

MAPA RECOMENDADO

Instituto Geográfico Nacional. 120-I y 120-II.