«Ao lobo gústalle esta zona de Rois, é posible velo a diario»

Uxía López Rodríguez
uxía lópez ROIS / LA VOZ

ROIS

MERCE ARES

Una vecina de la aldea de Vilar de Castro vive pendiente de su ganado y de sus perros ante la presencia del animal

29 mar 2021 . Actualizado a las 15:06 h.

Hay una zona del municipio de Rois que parece que gusta especialmente al lobo: Vilar de Castro. Así lo cree, al menos, Celia Villar Neo, vecina de 46 años de esta aldea de la parroquia de Leroño, en el municipio de Rois, que, prácticamente, ve un ejemplar a diario. «O lobo móvese por esta zona; de outubro a marzo é posible velo aquí entre as oito da noite as sete da mañá». Ella es la titular de una explotación de quince vacas de carne, que echa a pastar a diario en fincas al aire libre. «Están dúas ou tres horas fóra e xa as recollo; teño que vixialas, por se acaso», dice en alusión a la presencia del lobo.

Ahora ha decidido dejar la actividad ganadera para centrarse en su verdadera pasión: la costura y el diseño de moda. En esa decisión pesó el hecho de que tiene que invertir en las instalaciones de la granja para que sean rentables, pero también en el vallado adecuado de sus fincas para proteger a sus animales del ataque del lobo.

«Nos últimos dous anos xa me matou tres ou catro cans, o último no mes de outubro pasado e en febreiro deste ano atacoume a un dos que teño agora», cuenta Celia Villar, que explica que hay rastro del lobo por todo el entorno de la aldea. «Esta zona pegada ao monte gústalle moitísimo; xa hai tempo que anda por aquí, é a súa zona favorita de paso polo que podes velo facilmente», dice la vecina de Vilar de Castro.

Ella se declara partidaria de la biodiversidad y dice que no le gustaría que se persiguiese al lobo, pero tampoco está conforme con lo que hace el animal: «Eu non invado o seu entorno e el tampouco debería invadir a miña propiedade», señala Celia, a quien le duelen especialmente los ataques a sus perros. «Non é polo valor económico, senón polo sentimental. Non me imaxino a vida sen eles», afirma. Por ello, tiene miedo por sus perros y de ahí que esté todo el día pendiente de ellos y por las noches los deje recogidos en casa. «Dame medo que queden fóra de noite», explica Celia, que reconoce que la presencia del lobo la limita a seguir con la actividad ganadera y a tener otro tipo de animales, como ovejas. «Non podo telas», señala rotunda.

Menos comprensivo es otro vecino de esta aldea que, directamente, señala que «hai que matalo lobo, aínda que nos leven presos». Un cazador de Rois también vio en esa zona a tres ejemplares.