«A min non me atacou moi forte; se me din que é unha gripe, cólame»

Uxía López Rodríguez
uxía lópez ROIS / LA VOZ

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Javier Rodríguez fue de los primeros vecinos de Rois diagnosticados de covid-19

03 may 2020 . Actualizado a las 09:17 h.

Javier Rodríguez Iglesias no olvidará su 40 cumpleaños. Este vecino de Rois lo vivió en plena cuarentena y no pudo soplar las velas en familia por estar aislado en su casa del núcleo de Os Dices tras dar positivo en coronavirus. Cuarenta años y algo más de cuarenta días sin salir de casa (salvo en dos ocasiones para hacerse pruebas), en concreto desde el 22 de marzo, cuando él mismo decidió aislarse ante los primeros síntomas. El día antes se encontraba bien hasta la hora de ir para la cama, cuando empezó a notar algo de malestar, según relata. Pero el domingo ya se levantó «un pouco pocho, con máis malestar, como se fose unha gripe» y las décimas de fiebre de la noche anterior pasaron a ser rápidamente 39,5, explica Rodríguez Iglesias.

«Eu coñezo o meu corpo e xa sabía que non estaba ben, polo que empecei a apartarme da miña muller e das miñas fillas», asegura Javier Rodríguez. A partir de ahí llamó al número de información del coronavirus y al centro de salud. Al jueves siguiente le realizaron la prueba en el Hospital Gil Casares, y dio positivo. «Realmente a min non me atacou forte; se me din que é unha gripe, cólame porque non tiven síntomas agresivos», asegura Javier.

No sabe ni donde ni cómo se contagió porque, señala con humor, cuando se decretó el estado de alerta «eu era o que escapaba da xente, e ao final a xente tivo que escapar de min». Al ser de los primeros casos diagnosticados reconoce que «tiven o medo no corpo ao ver na televisión cifras de 800 mortos; non sabes que che vai pasar nin a ti nin a túa familia e a verdade é que estiven moi preocupado».

Cuando llevaba 12 días aislados, su mujer, Eva Cobas, empezó a encontrarse mal, con fiebre y dolor de garganta. Le hicieron la prueba, pero dio negativo. Hasta que supo el resultado ella también estuvo en aislamiento por lo que Javier se decidió a usar mascarilla y otro material de protección, además de extremar las medidas de higiene para atender a sus hijas de corta edad. «Non llas íamos levar aos avós porque podía ser un problema», señala el vecino de Rois.

Ahora está recuperado y dado de alta en la aplicación móvil de asistencia domiciliaria Telea tras remitir los síntomas, pero espera el alta médica. En casa ya no está aislado y hace vida normal, pero reconoce que «levei moi mal a cuarentena», sobre todo por estar tanto tiempo solo, aunque salía al balcón de la vivienda para ver a su mujer e hijas, según explica.

«Xa me comía a rutina; chegou un momento no que nin me entretiña a televisión nin o teléfono ou un libro. A miña cabeza é moi imaxinativa e empezaba a barrenar: a ver se van enfermar a muller e as fillas, e ata me sentía culpable por poder contaxiarllo a elas ou aos compañeiros de traballo pero, afortunadamente, non houbo nada», relata.

Javier Rodríguez agradece las llamadas y mensajes de ánimo que recibió de sus compañeros de trabajo de la empresa Aluminios Cortizo y del Concello de Rois, que se interesó por si necesitaba algo, como alimentos o medicamentos.

En todo el proceso de la enfermedad asegura que se sintió muy bien atendido, pero echa en falta que el Sergas haga una segunda prueba para saber si un paciente superó la enfermedad. En su caso se acaba de hacer el test serológico a través de la empresa y está a la espera del resultado.

«Tiven o medo no corpo porque non sabías que che podía pasar a ti ou a túa familia»