Aislados y sin pan en Rois por la crecida del Sar

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

ROIS

XOAN A. SOLER

La borrasca desbordó ríos, derribó muros y dejó múltiples incidencias en el área de Santiago

20 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La borrasca Elsa volvió a dejar su huella en Santiago y los concellos de su área de influencia. El Tambre se salió de su cauce en puntos como Sigüeiro y A Ponte Maceira. Aunque la incidencia más llamativa tuvo lugar en la aldea de Codesido, en la parroquia de Ribasar de Rois. Sus vecinos pasaron dos días incomunicados debido a que el Sar anegó el pequeño puente que sirve de único acceso al núcleo. Es una situación que se repite desde hace más de 20 años cada vez que llueve durante bastante tiempo o con fuerza. Algunos vecinos no pudieron ir a trabajar y los niños no fueron al colegio. La aldea no tuvo pan fresco desde el lunes.

En el lugar también viven vecinos mayores. Pese a ello, en dos días no fue nadie del Concello ni de Protección Civil para interesarse por su estado, según relata un vecino. En la aldea lamentan que una pista de monte que tiene salida hacia Brión no esté en condiciones para servir de acceso alternativo cuando se inunda el puente sobre el Sar. «Cando deixa de chover, a auga sobre a ponte baixa pero, nada que chova, volve a subir e xa non se pasa», cuenta un vecino. En Codesido viven tres familias. Otras dos van y vienen, y hay una tercera casa en restauración. Ayer, al bajar el caudal, dos vecinos vestidos con vadeador cruzaron el puente y la zona inundada para recoger pan fresco y llevarlo a la aldea.

En Val do Dubra, los alumnos del colegio de Portomouro finalizaron antes de tiempo las clases para evitar que la subida del Tambre les impidiese abandonar el centro. En Negreira, la crecida anegó por completo los dos molinos de A Ponte Maceira, mientras la presa del Barrié de la Maza liberaba agua para evitar el colapso en la cola del embalse. Y el Ulla se desbordó en Boqueixón.

En Negreira, el colapso en la red de pluviales provocó desbordamientos en la calle Malecón y en Vilachán, mientras que en Teresa Fabeiro se anegó un garaje comunitario sin dañar los coches. Además, el viento arrancó varias planchas del techo traslucido del pabellón de deportes de Pedra Mámoa, cayendo el agua sobre la pista que quedó inutilizada.

Pero tampoco Santiago escapó a la borrasca. En Vite de Arriba y O Viso tuvieron problemas por agua acumulada en las fincas y el desbordamiento de las tajeas, pero lo más grave ocurrió en Bonaval, donde parte del muro que cierre el parque en la calle Costiña do Monte se derrumbó y causó daños a dos vehículos que estaban estacionados.

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