Las iglesias se blindan con alarmas

Uxía López Rodríguez
uxía lópez PADRÓN / LA VOZ

ROIS

MERCE ARES

Tras los últimos robos, el santuario de A Escravitude, en Padrón, y la parroquial de Urdilde acaban de instalar una y en la de Iria optaron por un modelo más moderno

03 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Ante los robos en las iglesias, alarmas y avisos de que las hay instaladas. Tras proteger ventanas y puertas, en algún caso con trancas de hierro, varias iglesias de la comarca del Sar se blindan ahora con la instalación de alarmas, después de sufrir robos y asaltos en los que, en más de un caso, fueron más costosos los destrozos que el valor de lo sustraído.

Así, el santuario de A Escravitude, en Padrón, acaba de ser dotado de alarma, así como la parroquial de Santa María de Urdilde, en Rois. Por su parte, la iglesia de Iria-Flavia ya tenía alarma desde hace unos cinco años, según confirmó ayer el cura-párroco, Roberto Martínez, pero ahora acaba la cambió por un modelo «más moderno», al tiempo que renovó los carteles que informan de su existencia.

En Dodro, es la casa rectoral de la parroquia de Santa María la que expone el aviso de que tiene alarma. Los curas párroco han optado por esta opción después de que las iglesias de la comarca hayan sufrido varias oleadas de robos y a pesar de que hablan de que las alarmas son «caras a la hora de instalarlas, pero también de mantenerlas, porque hay que pagar una cuota todos los meses», tal y como señala Roberto Martínez.

Pero además de avisar a los amigos del ajeno, los carteles pegados en las fachadas que informan de que hay alarma también han llamado la atención de colectivos en defensa del patrimonio, como la Asociación para la Defensa do Patrimonio Cultural Galego (Apatrigal), que califica de intolerante la imagen del cartel pegado en la fachada principal del santuario de A Escravitude, situado en pleno Camiño Portugués.

No obstante, para el párroco no hay polémica posible y si necesidad de proteger el patrimonio antes los robos que, a menudo, conllevan destrozos en ese mismo patrimonio, explica. Así, añade que si no hay carteles en las proximidades de las puertas de las iglesias alertando de que estas tienen alarma, de qué servirían. Además, Roberto Martínez explica que esos indicadores están pegados con un material que no dañan la piedra.

Sobre el impacto que causan los letreros en las fachadas de las iglesias, el sacerdote considera que «impacta más cuando entran a robar y provocan destrozos, a menudo importantes», señala. Así sucedió, por ejemplo, en el santuario de A Escravitude.