El soporte es grande y visible desde la carretera
19 nov 2018 . Actualizado a las 10:25 h.Los hórreos, en Rois, tienen un nuevo uso. O así pasa, al menos, con este situado en el lugar de Contimunde, en el que su dueño no dudó en colgar un cartel publicitario del negocio de compra-venta que regenta por Internet. Hay que decir que el hórreo se encontraba en mal estado, en los huesos, solo con la estructura exterior en pie, pero su propietario, que lo compró junto con la casa, lo engordó y arregló para su uso y provecho, comercial, claro está.
La construcción se descubre, además, como un buen soporte porque el cartel es grande y bien visible desde la carretera, de modo que atrae la mirada de más de uno, cumpliendo así su función de promoción del negocio. Pero también duele en los ojos ver un hórreo que acaba convertido en valla publicitaria, en un claro ejemplo de feísmo y de poco respeto hacia su valor.
En sus mejores tiempos, la construcción debió ser todo maíz y ahora es todo cash, de modo que entre los vecinos ya hay quien lo llama el merca hórreo. Es la extraña y cuestionable segunda vida de un elemento arquitectónico tan representativo del rural gallego.