La nieve obligó a cerrar el vial Brión-Noia

U. López / n. noguerol ROIS, MELIDE / LA VOZ

ROIS

MERCE ARES

Las precipitaciones, que no llegaron a Santiago, cuajaron principalmente en zonas altas de Rois

08 feb 2018 . Actualizado a las 11:20 h.

Estuvo cerca. Incluso por la tarde cayeron algunos copos en el aeropuerto. Pero finalmente la nieve se quedó a las puertas de Santiago. Aunque creó problemas a muchos vecinos de Compostela y en los concellos de su entorno. Especialmente, a los que utilizaron por la mañana el vial entre Brión y Noia para sus desplazamientos y se vieron atrapados durante unos minutos a la altura del término municipal de Rois, en la zona donde ese trazado alcanza mayor altitud, hasta que las máquinas limpiaron la calzada.

La zona de O Martelo, la parte alta de Rois, ya había amanecido con una capa de nieve, que siguió cayendo a primera hora de la mañana y dificultó el tráfico en tres vías. Además del corredor a Noia, también sufrieron cortes la vieja comarcal y la local de Urdilde a Augasantas. El cierre al tráfico de la primera de ellas tuvo lugar a las diez de la mañana y se prolongó durante algo más de una hora para turismos, aunque los camiones tuvieron que esperar más tiempo para poder reanudar su ruta. La nieve provocó incluso salidas de vía de algunos vehículos. De hecho, la Guardia Civil de Tráfico y el Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) con sede en Padrón tuvieron que auxiliar a varios conductores, y personal del GES llegó a retirar la nieve con palas. Una de las personas que se vio sorprendida cuando transitaba por el vial fue María Vieites, una joven de 24 años que reside en Santiago y que se vio obligada a permanecer más de una hora parada cuando se dirigía a su lugar de trabajo en Lousame. «Había demasiada nieve para circular por la carretera, que estaba congelada», explicó Vieites.

Aunque si las precipitaciones resultaron inoportunas para los desplazamientos por carretera, al menos brindaron estampas que son poco habituales en estas latitudes. «La gente salía de los coches a sacar fotografías, pero la Guardia Civil de Tráfico les indicaba que se metieran dentro de los vehículos», apostilló María Vieites. Lamentó que la quitanieves tardase en entrar en acción, «de ahí que estuviéramos tanto tiempo parados». Pero, una vez que la máquina hizo su trabajo, «avanzamos lentamente pero sin problemas».

Generosa Figueira Rey, una vecina de O Martelo, recordaba ayer que la última nevada caída en esa zona fue hace tres o cuatro años, si bien resultó más intensa que la registrada ayer.

Más información en las páginas 2, 3 y 4 de la sección A Fondo.

Vías secundarias afectadas en Melide y Toques

Con la nieve en los labios también volvió a quedarse Melide. Las bajas temperaturas se dejaron notar una jornada más y la nieve estuvo más cerca del casco urbano que en los últimos días, pero ni los tejados amanecieron con el manto blanco. Le anduvo cerca. Porque a escasos dos kilómetros de la localidad, en la parroquia de Castro, los lugareños sí pudieron disfrutar de una feble estampa nevada que se diluyó con el paso de las horas.

La nieve ganó en presencia hacia esa zona del municipio vertebrada por la carretera Betanzos-Agolada (AC-840), la de referencia para desplazarse hacia A Coruña, un vial autonómico en el que los conductores tienen que extremar las precauciones a medida que avanzan hacia el municipio de Curtis. La situación en esta vía, que también vertebra el municipio de Boimorto, obligó a más de uno a dar la vuelta a primera hora de la mañana. Las complicaciones en el tránsito rodado por esta carretera fueron mayores en sentido contrario, es decir, para quienes circulaban procedentes de Oza dos Ríos, por donde discurre el vial autonómico, y también para quienes lo hacían desde el núcleo de Teixeiro. Por el contrario, la nieve no afectó al tráfico de la N-547, que discurre por los municipios de Melide, Arzúa y O Pino.

Sí cuajó en el punto más alto de la comarca, el monte de O Bocelo, y complicó la circulación por carreteras secundarias de Melide y de Toques.