Cinco de las 65 personas migrantes del centro de acogida de Padrón ya están trabajando

Uxía López Rodríguez
uxía lópez PADRÓN / LA VOZ

PADRÓN

CEDIDA

El resto del grupo permanece a la espera de que, durante los próximos meses, se le active el permiso para poder emplearse

02 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Mes y medio después de su llegada a Padrón, las 65 personas migrantes, solicitantes de protección internacional y procedentes en su mayoría de Mali y Senegal, siguen una rutina diaria en el centro de acogida que funciona en un albergue de peregrinos del lugar de Cruces, gestionado por la oenegé Rescate Internacional. Una rutina que pasa por clases diarias de español que se alternan con talleres de empleo, asistencia jurídica y psicológica, además de otras actividades proporcionadas por un equipo multidisciplinar movilizado por la oenegé, equipo en el que figuran trabajadores sociales, psicólogos y abogados, entre otros especialistas.

Una de las primeras acciones, junto con el aprendizaje del español, fueron entrevistas para ver las cualidades y conocer las competencias de las personas migrantes de cara a su orientación e inserción laboral. De hecho, cinco de ellos ya tienen un empleo y el resto están esperando a que se active su permiso de trabajo, que será en los próximos meses.

En esas entrevistas, el equipo de la oenegé pudo constatar que son jóvenes con experiencia en sectores como la construcción, la hostelería y la mecánica, pero también los hay con estudios superiores. Y todos están «muy motivados» para trabajar, algo que parece que también pasa en empresas de la comarca a la hora de darles empleo ya que, en algún caso, contactaron con el centro de acogida para interesarse por sus perfiles laborales.

El primer contrato de trabajo lo firmó el propio albergue de Cruces, convertido ahora en centro de acogida. El titular del establecimiento hostelero, Luciano Montero, explica que se decidió a ofrecer empleo a una de las personas migrantes por colaborar con el proyecto de ayuda y también con los propios beneficiarios del mismo.

Ese primer contrato sirvió, en su opinión, para que los compañeros de la persona contratada «viran o futuro aberto», en alusión a que los migrantes aspiran a encontrar un empleo aquí. «Nós estamos encantados co traballo que fai esa persoa e penso que ela tamén» dice el titular del albergue, quien añade que esta persona migrante «encontrou o camiño e o obxectivo que buscaba».

En este caso, el migrante «fala inglés perfectamente» y ello ayudó para que el albergue se decidiera a contratarlo. «Encaixa moi ben no tipo de negocio que temos nós porque calquera persoa con vinte e pico anos e inglés falante encaixa ben en calquera lugar, e máis no sector do turismo», asegura Luciano Montero.

El hostelero añade que su empresa tiene varios centros de trabajo y no descarta mover al trabajador de Padrón a otro lugar si lo necesitara, para hacerse cargo además de las relaciones públicas de los establecimientos, por los que pasan muchos peregrinos extranjeros.

«Hai que aproveitar as oportunidades que aparecen, tanto por parte dos empregados como dos empregadores e, neste caso, esta persoa cumpre perfectamente as expectativas que tiñamos», concluye el titular del albergue de Cruces.

Clases de español a diario para facilitar la integración laboral

Un año. Esa es la duración del contrato suscrito por el albergue de Cruces para funcionar como centro de acogida de personas solicitantes de protección internacional, gestionado por la oenegé Rescate Internacional. El grupo de 65 migrantes, todos hombres de entre 20 y 25 años y procedentes de países como Mali y Senegal, llegó a Padrón el 17 de diciembre. «Quieren trabajar. Vienen con unas ganas increíbles», dijo ese día Carlos Echanove, director de la oenegé en España. Trabajar para poder ayudar a sus familia, pero también para pagar la deuda que contrajeron para escapar de su país de origen, precisó. Pero lo primero, añadió, es «aprender español cuanto antes y lo mejor que puedan», para conocer su formación y capacidades de cara a la inserción laboral. Cuando llegaron, llevaban en España entre dos y cuatro meses y ahora están a la espera de que se les active el permiso de trabajo, para poder acceder a un contrato.

El centro de acogida funciona al margen del Concello pero, desde la Administración local el alcalde ofreció toda la colaboración para facilitar la integración de las personas migrantes en la zona en la que, por cierto, faltan trabajadores en varios sectores.