Un libro rinde homenaje al boxeador padronés Ángel Grela

Uxía López Rodríguez
uxía lópez PADRÓN / LA VOZ

PADRÓN

XOÁN A SOLER

El autor es su amigo Ángel Rey Castro, a quien el púgil le vendió por una peseta su álbum fotográfico y su hemeroteca personal

02 ago 2020 . Actualizado a las 05:05 h.

Un libro rescata la memoria y rinde homenaje póstumo al padronés Ángel Grela, campeón de España de boxeo en la categoría de los pesos cruceros en el año 1965. Grela, el boxeador de los puños de hierro es el título de la publicación que ya está disponible en Amazon y que incluye el álbum fotográfico y la hemeroteca personal del que fue vecino de A Ponte.

Allí nació el autor del libro, Ángel Rey Castro, quien dice que fue «muy amigo» del boxeador y que este le vendió, por el simbólico precio de una peseta, su archivo y hemeroteca. Cuenta Ángel Rey que el boxeador, con el que pasó «muchas horas», quería hacer una autobiografía «y la empezó, pero quedó todo en el aire». No lo está, en cambio, el recuerdo del púgil que, según Ángel Rey, «despertaba pasiones tanto a favor como en contra».

Los primeros pasos de Grela en el boxeo fueron en Tenerife, a donde llegó enrolado en un buque para trabajar, pero será en Madrid donde inicia su etapa como boxeador profesional. «Grela tiene reconocido en el mundo del boxeo una potencia extraordinaria y demoledora. No tenía término medio en sus combates y, en la mayoría de ellos, o ganaba por K.O. o le tumbaban también por K.O.», destaca Ángel Rey en el libro.

También relata que, en la década de los 60, vivió sus grandes momentos como púgil, combatiendo incluso fuera de España, en Suecia, Noruega, Finlandia o Dinamarca. En 1970 se retira del boxeo con 33 años. En Padrón su figura fue un aliciente para el resurgir del combate en la comarca.

Tras su etapa en el boxeo, Grela se dedicó al cobro de morosos, para lo que creó una empresa con oficinas en Milladoiro y Santiago.

En su vida personal tampoco tuvo término medio. Pasó de «tener mucho dinero», regentando incluso dos bares en Padrón, a acabar en una residencia y cobrando una pensión social, según cuenta Ángel Rey, que añade que el boxeador «presumía de ser natural de Padrón y de haber paseado su nombre por todo el mundo». Por ello, en su opinión, «mereció distinción y reconocimiento, sin que el pueblo supiera dárselo» y de ahí que él lo intente con el libro que acaba de publicar y en el que, señala, se «vislumbra su ascenso a las mieles y posterior caída a las hieles». Entre estas últimas, sus problemas con la Justicia por acusaciones sexuales o por el embargo de su casa de A Ponte.

Falleció en julio de 2016, tras una larga enfermedad. No hubo velatorio ni funeral. La muerte le fue comunicada al autor del libro, que lo anunció a la prensa.

Ángel Rey, que omite en el libro las fotografías en las que «aparece rodeado de gente que le dio la espalda cuando se acabaron los días de vino y rosas», quiere recordar unas palabras que le dijo el periodista Xosé Luis Alvite que, para él, fue un «incondicional defensor del lado humano de Grela» y que escribió numerosos artículos sobre él en este periódico, de que el boxeador «só podía ser entendido polos bos e xenerosos».