Adrián Lamas está sorprendido de ver la planta 10 años después
11 jun 2020 . Actualizado a las 05:05 h.Si los abuelos de Adrián Lamas estuviesen vivos se sentirían orgullosos de él, especialmente la abuela, por cómo los tiene presentes. Este vecino de 27 años de Extramundi de Arriba, en Padrón, acaba de compartir un recuerdo que comienza así: «Onde todos vedes unha flor ou unha planta, hai unha historia...». Es la de su abuela Maruja y el amor por las plantas y las flores, que el propio Adrián heredó y que cobra vida ahora con el rebrote en esta primavera de uno de los cientos de gladiolos que plantó la mujer en la huerta de su casa, hace tantos años que ni siquiera el nieto recuerda cúando.
La abuela enfermó y estuvo encamada durante seis años, antes de fallecer hace cuatro. En todo este tiempo, explica Adrián, nunca nació un gladiolo, pese a que, primero con su abuelo Francisco y, tras su muerte, él solo, limpiaba la huerta sin tocar el trozo en el que estaban plantados para ver si aún rebrotaba alguno.
Nunca pasó hasta esta primavera, cuando nació uno, «e dáse a casualidade que é da cor que máis lle gustaba a miña avoa: salmón», cuenta el nieto emocionado. Los gladiolos de ese color los usaba la abuela para los jarrones de casa. «Desa cor era tamén o vestido que puxo na celebración das súas vodas de ouro». Y hasta tenía un pinta uñas y una barra de labios, cuenta Adrián. «Mágoa que sexa so un porque a min tamén me gustan. Espero que volvan a nacer máis», dice. Para este joven, el gladiolo aviva el recuerdo de sus abuelos, muy presente ya, explica, porque «lle tiña moito apego xa que estaba sempre con eles. A miña avoa coidámola entre miña nai e eu e foi unha experiencia marabillosa; aínda estando enferma, daba un montón de cariño e recomendo, a quen teña a posibilidade, que coide aos seus maiores na casa», antes de decidirse por una residencia, reivindica Adrián Lamas.