Ángel Pérez Corral: «Mi padre me pasó el gusto por la radio, pero mis hijos dicen que soy un friki»

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

PADRÓN

Sandra Alonso

Dice que su conexión con un país más lejano fue en febrero, «con un ruso en Australia»

03 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Muchos radioaficionados que habían guardado sus equipos y que hacía muchos años que no se conectaban están desempolvando sus radios durante estos días». La razón no es otra que, como apunta Ángel Pérez Corral, la búsqueda de alternativas para pasar el confinamiento, «y los radioaficionados tenemos una herramienta a nuestro alcance que es realmente increíble y maravillosa». El presidente de la Asociación de Radioaficionados de Padrón llegó al mundo de la radio de la mano de su padre, también llamado Ángel Pérez. «Cuando empezó, los equipos los montaban ellos mismos. Mi padre era un innovador. Recuerdo que salía a la calle y me dejaba en casa delante del microfóno y me pedía que cantara. Aquel micro daba unos calambrazos terribles, pero era muy divertido». Explica que, poco a poco, «el gusto fue entrando y hasta hoy. No he conseguido pasárselo a mis hijos. Ellos dicen que soy un friki de la radio». Estos días, apunta, «el hijo de 8 años de un vecino está animándose».

La asociación que preside «desde hace tanto tiempo que ya no recuerdo los años» se fundó en 1982, cuando el número de radioaficionados era muy alto en Padrón y también en Santiago. «Los mejores años fueron entre los 70 y los 90. Después, cuando empezaron a llegar los teléfonos móviles, muchos dejaron la afición», señala. Los que se quedaron son los que «la teníamos [la radio] como ocio, pero los que la usaban como una forma de contacto para trabajo se pasaron al móvil». Actualmente, ser radioaficionado es «más sencillo que hace unos años, y el precio tampoco creo que sea un problema. Desde veinte o treinta euros puedes tener un pequeño equipo para empezar, y puedes gastar hasta lo qué quieres o puedas». Además, desde el 2012 hay libertad para usar unas frecuencias determinadas sin necesidad de licencia. «Todo son facilidades». De todas las comunicaciones que mantiene, las que más satisfacción le producen a Ángel «son con la gente mayor, que te cuenta cosas de antes. Es enriquecedor. Sientes que formas parte de una gran familia». La conexión más lejana que entabló fue «el pasado mes de febrero, con un ruso que estaba en Australia. Fue casualidad. Vi en el mapa que publicamos en Internet que recoge las conexiones que estaba activo y me lance. Tardé en recibir paso, pero lo conseguí», exclama.

Con la crisis del coronavirus, se han suavizado algunas normas. «Aunque solo puede hablar el que tiene la licencia, ahora para ayudar en el encierro se permite, por ejemplo, que los niños, acompañados de un adulto, usen las radios». La idea es ofrecerles una alternativa «para pasar las horas. Y quién sabe, puede que de esta situación salgamos con nuevos aficionados». Pensando en los niños hace unos días se puso en marcha una actividad, «que no tuvo todo el alcance esperado, seguramente nos faltó difusión, pero consistió en ofrecer por radio las pautas para que los niños fabricaran aviones de papel con mensajes de ánimo. Luego los tiraron por las ventanas para que la gente los recogiera». En la iniciativa participaron niños de Galicia, «pero también se apuntaron de Barcelona y uno de México».

Ángel Pérez Corral defiende que los radioaficionados también pueden ofrecer un poco de alivio en estos días de encierro. Sus conexiones, cuando las condiciones meteorológicas lo permiten, les llevan a charlar con gente diseminada por todo el mundo, y que, matiza, «está preocupada por la crisis sanitaria. No siempre es posible hablar mucho rato, pero cuando se puede se intercambian impresiones y conoces de primera mano lo qué pasa en cada sitio». Estos días mantuvo contactos con gente de Italia. «Están como nosotros. La gente se vuelca y es solidaria. Los miedos son iguales en todo el mundo».

El protagonista. Ángel Pérez Corral es el presidente de la Asociación de Radioaficionados de Padrón. Su identificación es EA1CVP. Su afición la heredó su padre, Ángel Pérez.

Asorapa. La asociación padronesa se fundó en 1982, y su presidente calcula que hay unos treinta aficionados en la comarca del Sar, donde se está recuperando el interés por la radio.