Las locas andanzas de la oca Luquita por Padrón desde que perdió a su pareja

Uxía López Rodríguez
uxía lópez PADRÓN / LA VOZ

PADRÓN

CEDIDO

Un hermoso ganso se pasea por la villa llamando la atención de los vecinos, aunque a alguno ya le ha dado un susto

28 oct 2019 . Actualizado a las 01:45 h.

Desde hace unos seis años, aproximadamente, Padrón tiene un nuevo habitante que, hasta hace un par de meses, hacía una vida tranquila por lo que pasó desapercibido para la mayoría de los vecinos, salvo para aquellos que se mueven en torno al paseo del Espolón y el río Sar. La oca Luquita, que es el nombre que le puso la titular del quiosco del Espolón, Narenka Pérez, era un ejemplar «tranquilo» hasta que perdió a su pareja, un pato mudo según la quiosquera y, desde entonces, muchos saben ya de «su mala uva», como la califica Narenka. «No se deja querer y a veces parece que quiere atacar», cuenta.

La quiosquera sabe al dedillo el ritmo de vida de la oca al estar el quiosco pegado al río, de modo que el ave merodea por toda la zona y hasta tiene acompañado al marido de la quiosquera, José Manuel, en su paseo hasta la desembocadura del Sar. Eso si, él lo hace a pie y la oca por el río. «Ya la conoce todo el mundo», asegura la titular del quiosco.

Un territorio nuevo

Al ave, pasear le gusta mucho y días atrás se la pudo ver caminando toda garbosa por la carretera de A Trabanca; subiendo un par de escaleras del Santiaguiño; cruzando el puente del Carmen y los pasos de peatones para ir hasta las plazas de Baltar y Macías, en el centro del casco histórico padronés. Hasta puso una extremidad en un bar, de modo que sus andanzas ya empiezan a ser conocidas en la villa.

La oca está descubriendo territorio nuevo desde que un día decidió seguir a un vecino de A Trabanca, Manolo, y lo hizo incluso en el trayecto al supermercado. «Veu detrás miña, quixen entrar no supermercado e ela tamén o quixo facer, polo que tiven que quedar fóra», cuenta el vecino de A Trabanca, que añade que el ave tiene mal carácter «desde que lle falta a compañeira. Anda como desorientada e por comida non é», dice Manolo. Ese mal carácter le valió el nombre de «loca» por el que la llama el vecino, y al que el ganso contesta.

Narenka relaciona ese carácter con que es «muy territorial, como si fuese la dueña de todo», dice. Estos días, el ave está «decaída», dicen estos vecinos de Padrón, de modo que Manolo llamó el viernes por ella y la oca solo respondió con unos graznidos, sin ir detrás de él como suele hacer. Lo mismo le pasó al marido de Narenka. «Debe de estar enfadada, que no hace caso para nada», dice la titular del quiosco. Quizás lo hace por llevar la contraria y desmentir todo lo que se cuenta de ella en esta información de domingo. «A menos que cambiase de carácter de golpe, algo lle pasa e hai que deixala tranquila uns días», añade el vecino de A Trabanca, que hace lo que dice y deja a la oca, en el río, en su mundo.