Los ascensores del ARI de Pontepedriña ocuparán aceras y parte de algunas rúas

rosa martínez SANTIAGO / LA VOZ

PADRÓN

SANDRA ALONSO

El estudio de detalle del área fija su instalación exterior en los dos grupos de viviendas

12 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En Pontepedriña no ganan para sustos últimamente, con parte de tres fachadas de sendos edificios caídas en los últimos meses. Y en el recuerdo, otra de hace unos años. Todas en el polígono Cardenal Quiroga, donde el Ayuntamiento está reclamando a esas comunidades que las reparen. Los residentes del barrio, mientras, esperan a que se hagan efectivas las expectativas que abrió en la zona su declaración como área de rehabilitación integral (ARI) hace diez años. Desde entonces, algunos edificios, los menos, han solicitado ayudas para arreglar fachadas y tejado para mejorar sus condiciones energéticas. Pero aún no se ha instalado un solo ascensor. Todavía no se puede.

Aunque con soluciones distintas para el grupo Cardenal Quiroga (edificado en 1972) y el Compostela (de 1955), los ascensores han de ser exteriores en ambos casos, lo que implica ocupación de espacio público. Y esa ocupación solo se puede hacer con un estudio de detalle que no se tramitó hasta diciembre y que pronto estará en exposición pública. El plan aportará las soluciones para instalar los ascensores y asegurar que las actuaciones en fachadas no alteren la unidad arquitectónica de ambos polígonos. Su aprobación abrirá las puertas de los residentes a las ayudas para dotar de accesibilidad sin barreras a las zonas ARI.

La convocatoria de este año para ascensores todavía no ha salido y quienes quieran optar, una vez que se apruebe de forma definitiva el estudio de detalle, habrán de tener proyecto y estar anotados en la lista que ha abierto el Ayuntamiento para las ARI. Con todo, este año solo habrá ayudas para unas 10 actuaciones, de las que solo tres corresponderían a Pontepedriña.

Limitaciones espaciales

Los ascensores irán adosados -por el exterior- al núcleo de escaleras y la ocupación de espacio público no solo afectará al vuelo de esas zonas y a todo el ancho de la acera. En «moitos casos» esa afectación llegará también a la calzada, lo que conllevará la reducción de plazas de aparcamiento. Porque si las dimensiones de las viviendas y de los espacios comunes no permiten la instalación de ascensores sin ocupar espacio público, la solución externa no está exenta de complicaciones. Según el estudio de detalle, esas limitaciones espaciales exigen disponer el núcleo de distribución de planta en el exterior, lo que supondrá cambios en las escaleras para adecuarlas a la normativa de accesibilidad y facilitar la utilización del elevador. Y cuando el portal no sea accesible desde la cota de entrada se colocarán rampas.

En el grupo Compostela, más pequeño y aquejado del mismo problema espacial en la vía pública, aunque aquí más agudizado, los ascensores habrán de ser también exteriores. Pero con una solución bien distinta, salvo en la calle Ordes. En las rúas Padrón y Negreira habrá un ascensor por cada dos portales. Pero se trata de portales no de un mismo bloque, sino de construcciones enfrentadas, lo que obligará a instalar pasarelas que los conecten. La aportación de una solución individualizada por portal condicionaría seriamente la movilidad en ambas calles, dadas sus estrechas dimensiones, según el edil de Espazos Cidadáns, Jorge Duarte.