Cela como escritor, pintor y amigo

M. garcía

PADRÓN

Álvaro Ballesteros

Xosé Carlos Caneiro, Luís Pousa, Alfredo Conde y Ricardo Díaz-Casteleiro abordaron la figura del premio Nobel

11 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La figura de Camilo José Cela fue abordada ayer desde diferentes vertientes por Xosé Carlos Caneiro, Ricardo Díaz-Casteleiro Romero, Alfredo Conde y Luís Pousa en la mesa redonda organizada por Afundación con motivo del centenario de su muerte. Así, además de su faceta como escritor, también presentaron al premio Nobel en su cara más íntima o vinculado a otras expresiones artísticas, como la de pintor.

Xosé Carlos Caneiro destacó la «galeguidade poderosa» de la figura de Camilo José Cela tanto en su obra como en su experiencia vital. Así, recordó su presencia en Mazurca para dos muertos, Madera de boj o La familia de Pascual Duarte. Además, también recordó su defensa del gallego, solicitando que se retirasen los comentarios peyorativos de la palabra gallega del diccionario.

Por su parte, Luís Pousa se centró en su faceta como pintor. Recordó su relación con Joan Miró o Picasso, llegando a ilustrar poemas que escribió el pintor. También destacó que en sus trabajos de La colmena se pueden ver algunos dibujos. De su relación con esta actividad artística, también recordó que su discurso de ingreso en la Real Academia lo dedicó a la obra literaria del pintor Solana. Más tarde, llegarían dos exposiciones individuales, que se unieron a otras colectivas, en Madrid y en A Coruña.

Por su parte, Alfredo Conde, que fue amigo suyo, y Ricardo Díaz-Castro mostraron la faceta más íntima del premio Nobel. Conde recordó cómo cuando antes de publicar Madera de boj, ya octogenario, «sentía os mesmos medos e ilusión que un rapaz de vinte anos». Explicó que la imagen que ofrecía en público era muy diferente a la que ofrecía en las distancias cortas, «un tipo cercano e amable». Una cuestión en la que coincidió con el médico Ricardo Díaz-Cabaleiro, que según indicó, fue el único asistente a todos sus cursos en Padrón y cuenta con más de mil ediciones de sus obras. «No nos quedemos con el personaje, lo importante es su obra», afirmó, indicando que hay que trabajar para mantenerla.