Liziane, la disyóquey brasileña que vive en Oroso y tuvo que esforzarse el doble por ser mujer

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

OROSO

Liziane Rocha lleva pinchando desde que tenía 25 años y, pasados los 40, sigue en activo. Enérgica y dinámica, siempre ha sido una mujer independiente y emprendedora. A sus 18 a dejó su ciudad natal y se fue ella sola a Sao Paulo para buscarse la vida. Un par de años después, viajó a Lisboa, donde estuvo estudiando y trabajando al mismo tiempo. Allí empezó a compaginar empleos y sigue haciéndolo aún hoy, como jardinera y disyóquey.
Liziane Rocha lleva pinchando desde que tenía 25 años y, pasados los 40, sigue en activo. Enérgica y dinámica, siempre ha sido una mujer independiente y emprendedora. A sus 18 a dejó su ciudad natal y se fue ella sola a Sao Paulo para buscarse la vida. Un par de años después, viajó a Lisboa, donde estuvo estudiando y trabajando al mismo tiempo. Allí empezó a compaginar empleos y sigue haciéndolo aún hoy, como jardinera y disyóquey. CEDIDA

La vecina de Sigüeiro es topógrafa, trabaja de jardinera, y pinchar música se ha convertido para ella en una forma de sacarse un sueldo extra haciendo lo que más le gusta

09 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hoy se celebra el Día Internacional del Dj, una de tantas otras profesiones en las que el género pasa factura. Al menos así le sucedió a Liziane Rocha Bronzatti, una disyóquey brasileña que vive en Oroso y asegura que siempre tuvo que esforzarse el doble en este empleo por el hecho de ser mujer. La vecina de Sigüeiro tiene 41 años y empezó a pinchar en el 2007, a sus 25. Con una carrera como topógrafa, realizó algún curso sobre producción musical y se estrenó con los platos en la capital portuguesa. Trabajó por las noches en la discoteca Maria Lisboa y por el día estuvo empleada del departamento de urbanismo del Ayuntamiento. Luego, se fue a Madrid, y siguió compaginando ambas facetas. Lo que al principio era para ella una afición, acabó convirtiéndose en una forma de sacarse un sueldo extra. Invirtió en equipos mejores y se profesionalizó. Desde hace unos 4 años vive en Galicia, ya que su pareja tuvo que trasladarse por motivos laborales y ella la siguió hasta aquí.

¿Y por qué dice que ser disyóquey fue el doble de difícil para ella que para cualquier hombre? Cuenta su compañera de vida y de batallas, la ferrolana Helena, que la brasileña «tuvo que escuchar todo tipo de comentarios por parte de los responsables de las discotecas y de los clientes que la contrataban para sus eventos, tanto sociales como corporativos, incluso trabajó firmando contratos de confidencialidad en fiestas privadas en Pozuelo o La Moraleja. Pero, sobre todo, recibió un trato desigual en el caso de los responsables de pubs, que le exigían por ejemplo que llevase una indumentaria concreta, más provocativa. Por eso ella empezó a dejar el mundo de la noche y derivó a otro tipo de eventos que se celebran de día y hay otro tipo de ambiente, intentando escapar de aquello». Liziane ha tenido que pelear por hacerse un hueco, como cualquier otro, en un sector en el que cada vez hay más competencia, pero en su caso también ha sido prejuzgada, se ha puesto su profesionalidad en entredicho por su género y no se libra de los comportamientos sexistas, especialmente cuando los invitados se sobrepasan con el alcohol o las drogas.

«Se le echan encima, le hacen comentarios que están fuera de lugar y no le permiten trabajar bien. De hecho, a la hora de diseñar la cabina de Dj, se hizo teniendo en cuenta cómo mantener a la gente alejada y que pudiese estar en un espacio seguro», dice Helena, quien la acompaña a cada una de las actuaciones que tiene «precisamente por todo esto y para ayudarla con el montaje del equipo, conduciendo... básicamente le doy apoyo y estoy muy pendiente de todo lo que pasa, porque en general la gente es muy respetuosa, pero hay otros perfiles más molestos a los que es necesario recordarles que mantengan la distancia». A pesar de haber vivido muchas situaciones desagradables, esta mujer sociable, alegre y emprendedora, que trabaja actualmente como jardinera, sigue pinchando por toda Galicia. Se ha convertido en su segunda fuente de ingresos y, además, es algo que siempre le hizo feliz, a lo que no quiere renunciar ni dar esta batalla por ganada al machismo.

El género que más le gusta a Dj Liziane es la música electrónica (house, deep house, indie dance, EDM...), aunque se adapta a las circunstancias y hace sesiones a la carta que se ajusten a las preferencias del cliente, ya sea una de chill out para un evento en una tienda, música más bailable y comercial para una boda, de corte infantil para una comunión... Aunque a partir de la primavera trabaja a lo largo y ancho todo el mapa autonómico, principalmente en enlaces y otro tipo de ceremonias o festejos, está especialmente demandada como disyóquey entre los novios que de la zona de Ourense. Y, en el caso de los eventos corporativos, sobre todo en A Coruña y Vigo.