José es vecino de Frechazo Primeiro y Nieves se casó en Frechazo Derradeiro

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

OROSO

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La toponimia de los lugares de la comarca incluye nombres amorosos, algunos ordinarios y otros luctuosos

27 ene 2020 . Actualizado a las 12:15 h.

Cristina, la novia que el pasado mes de agosto dio la campanada al casarse a bordo de una cosechadora para poner nombre, junto con su marido Marcos, al fenómeno de la agroboda, es de una casa situada muy cerca de la iglesia parroquial de San Mamede de Ferreiros (O Pino), donde tuvo lugar el acontecimiento. En concreto, Cristina es oriunda de Frechazo Primeiro, uno de los lugares de la comarca con el nombre más empalagoso de la toponimia gallega. En la misma aldea nació y vive José, que entre risas y mientras se afana en las tareas del campo, reconoce que no recuerda cómo la aldea puede llevar ese nombre tan amoroso. El asunto no iría a más de no ser porque, un poco más abajo, otra aldea de San Mamede de Ferreiros luce un cartel con el nombre de Frechazo Último. «Dependendo de onde mires, pon Último, Segundo ou Derradeiro», aclara Nieves, que es natural de Touro, pero como se crio y se enamoró en el linde entre ese municipio y el de O Pino, no tuvo que andar más que unos metros para instalarse con su marido en el segundo Frechazo -según el nomenclátor de la Xunta, el derradeiro-. El tiempo dirá si para los protagonistas de la agroboda ese flechazo fue también el definitivo.

Sandra Alonso

La toponimia da lugar a muchas anécdotas simpáticas en la comarca. Los nombres de estas dos aldeas de O Pino pueden llamar la atención por su relación con Cupido, pero hay otros de reminiscencia amorosa más mundana, como el del lugar de Coitos, en Toques, o el del propio ayuntamiento que lo alberga en sus dominios.

No siempre la procedencia de los vecinos de la comarca incita a la risa. En Rois, en la parroquia de Oín, hay algunas casas agrupadas en un lugar llamado Ataúde, y en Frades uno puede acabar viviendo en O Tumbadoiro, en la parroquia de Abellá. Hay otros damnificados por el nombre de su lugar de nacimiento, resignados a las chanzas que saben que les caerán encima el resto de su vida. Como los lugareños de O Papamoscas, en Santa Comba, o los de Vilameao, en O Pino. Una lista que se completa con otros ejemplos como A Piolla (Corneira, A Baña), Malfurado y Mouromorto (Baamonde, Teo), o Barrigas y Medos, también en el Concello de Toques.

PACO RODRÍGUEZ

Abundan los que se refieren a lugares donde se guardan o se refugian los animales, como As Raposeiras (Ordes), O Formigueiro (Oroso), O Galiñeiro (Ames) o A Morcegueira (Toques). El más chocante es Porqueira, en Negreira, donde los vecinos se encogen de hombros ante el origen de su topónimo. «Sempre se chamou así, non sabemos por que», admite Primitiva mientras se abriga del cortante viento que sopla en lo alto de la parroquia de Arzón. Si algún día hubo una porqueriza, hoy apenas quedan algunas vacas en una de las parroquias gallegas infectadas por el virus de la despoblación.

O Tumbadoiro, Ataúde, Vilameao, Coito o A Piolla son aldeas curiosas que no quedan lejos

Sandra Alonso

Lobomorto es un lugar de Boimorto; en Laraño está Larañiño, y en Dodro, Dodriño

La toponimia está relacionada con los oficios y con el paisaje, pero también con los animales, sean o no de compañía. La comarca es un buen ejemplo de ello. Además de los lugares ya mencionados en los que se guarda a los cerdos y a las gallinas, hay muchos más. Como A Foca, en A Barciela (Santiago), Cantalarrana, en Ames; Pao de Raposo, en A Baña; Cabeza de Lobo y Fraga da Galiña, en Ordes; Niño do Corvo y Rabo de Lobo, en Tordoia; Rego de Gatos, en Trazo; Campo de Cochos, en Val do Dubra o Foxo do Cabrito, en Toques.

Otro topónimo relacionado con la fauna no llama tanto la atención por dar nombre a un ayuntamiento conocido: se trata de Boimorto. Lo que quizás no sepa la mayoría de la gente es que en ese mismo concello, en la parroquia de Arceo, figura un lugar llamado Lobomorto. Por cierto, según el padrón, solo tiene un habitante; una mujer.

Llaman la atención también los diminutivos para nombrar a lugares pequeños en relación a entidades de tamaño mayor. Por ejemplo, en Laraño, parroquia de Santiago, se registra el lugar de Larañiño. Por la misma razón, en la parroquia de Marrozos hay Marrociños, y en el Concello de Dodro figura Dodriño.

El famoso Villarriba y Villabajo del anuncio de detergente refleja una realidad habitual en el área de Santiago, donde Frechazo Primeiro y Frechazo Derradeiro no son la excepción. Hay Torre de Abaixo, Torre de Arriba y Torre de Medio en Vedra. En Touro, a Mourelos de Arriba se le llama también Mourelos Poboado, y a Mourelos de Abaixo se le conoce como Mourelos Ermo. Pero la plusmarca se la lleva Teo, donde hay Vilar de Baixo, Vilar de Riba, Vilar de Calo, Vilar do Medio y Vilar do Bispo. Y como guinda, Vilariño.