Dos de cada diez vecinos son menores de edad, cuatro puntos por encima de la media gallega
26 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Uno de los concellos más jóvenes de Galicia tiene como emblema deportivo a un símbolo de longevidad. Juanito, aquel delantero escurridizo que se presentó junto a Bebeto en el Dépor y marcó con el Betis en el Camp Nou, cumplió 50 años en diciembre escorado a la banda del Sigüeiro, equipo de su localidad natal. El pabellón del pueblo lleva su nombre. «Aquí cada vez hay más niños», comenta una de las empleadas del recinto. La ventana que la separa del exterior perdió su función tras cubrirse de carteles anunciando torneos de tenis, fútbol o ajedrez. «Algunos clubes aumentan el número de jugadores y los horarios ya no llegan para tantos grupos inscritos», continúa.
Oroso lleva más de quince años seduciendo a familias y parejas santiaguesas que buscan comprar o alquilar vivienda a precios más asequibles que en la ciudad. Apenas llega a los 8.000 habitantes y la mayoría se concentran en Sigüeiro, único núcleo urbano del ayuntamiento que, tras el frenazo al ladrillo en los primeros años de esta década, vuelve a ver cómo se despierta el sector urbanístico. «Se están construyendo nuevas viviendas», responden en la inmobiliaria Chinto sobre las grúas que emergen en la zona más moderna del pueblo, un conjunto de edificios de cuatro a cinco plantas con paredes de piedra y pizarra negra en los tejados.
Las entregas de llaves empezaron a partir del 2010, dando acogida a jubilados que dejaban sus casas para disfrutar de las comodidades de la urbe y menores de treinta años que adquirían viviendas más económicas. «Muchos jóvenes vienen a vivir de alquiler porque es muy difícil encontrar piso en Santiago, más ahora con el alza de precios por los apartamentos turísticos», añaden.
A la Casa do Concello se llega desde la carretera general por la rúa Xuncal, repleta de comercios, bares y autoservicios. José Ángel regenta un local de reprografía, anexo a una tienda de juguetes. Tuvo también otra papelería en Santa Comba que decidió traspasar para abrir esta. «Allí hay más población pero mucha menos gente joven», reconoce.
Más del 20 % de los vecinos son menores de edad, cuatro puntos por encima de la media gallega. Parte de ellos comparten recreo en el CEIP Camiño Inglés, donde su director, Francisco Ávila, apunta que el número de nuevas matrículas se estancó entre las 75 y las 80 incorporaciones cada año en los dos centros de Sigüeiro.
«Cos edificios novos chegan nenos, aquí ao lado estase levantando un e, cada vez que pasa iso, increméntase o número de novas familias», dice el docente. Recuerda que a partir de los 2000 «chegaron moitas parellas que escolarizaron os seus nenos», por lo que esos estudiantes están ahora en el instituto o pasan de los 18 años. Con la vuelta del ladrillo, el pueblo espera crecer, aumentando el número de matriculados en un colegio construido hace menos de cinco años con capacidad para acoger más alumnos.