Asanog

Cristóbal Ramírez

OROSO

15 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Unos buscan la foto un día en concreto y gozar de sus minutillos de fama. Otros trabajan en silencio día tras día. Es el viejo refrán de unos cardan la lana y otros se llevan la fama. Y algunos tienen que enfrentarse a ese silencio y a ese esfuerzo porque el destino les ha jugado una mala pasada, ya que el destino -como nadie ignora- es pura lotería. Por ejemplo, las familias a quienes un día el médico les dice que su niño, un renacuajo que acaba de comenzar a andar o a ir al cole, tiene cáncer. Así, con todas las letras. Agárrense los machos. Pero lejos de encerrarse en casa, un grupo de padres creó en el 2012 Asanog, la Asociación de Ayuda a Niños Oncológicos de Galicia. Y la buena noticia es que la entidad sigue funcionando, es activa, sabe promocionarse, se ha alejado de los carpetovetónicos llanto y lamento, y se ha abierto a la sociedad.

Y la sociedad, al menos la de un sitio tan humilde como activo como es Oroso, ha respondido. El pasado domingo, por segunda vez en dos años, unas 350 personas acudieron a la llamada de hacer una caminata solidaria. ¿Llovía? Si, poco, nada que ver con el diluvio con que amenazaban los organismos encargados de predecir el tiempo (algo que sigue sin ser una ciencia exacta ni de lejos). Pero con un domingo que invitaba a quedarse en cama o a tomar el desayuno con toda calma leyendo el periódico, la gente salió con niños, botas de montaña quien las tenía, muchos tenis en la tropa infanto-juvenil... Incluso un tipo tan popular como Donato, exjugador del Dépor, estuvo toda la mañana con ellos, tanto en la caminata como en los juegos y sorteo posteriores.

¿El mérito? De Asanog y de los ciudadanos de Oroso. Palabras mayores.