Broche de oro

Cristóbal Ramírez

OROSO

10 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Blanco y negro. En efecto, en estos tiempos no abundan los grises en el Camino Inglés a Compostela. El negro dejará de serlo esta semana si la empresa concesionaria de la nueva señalización, Ovisa, cumple con la palabra dada de colocar de una vez los marcos que ha retirado entre Ordes y Sigüeiro para hacerles un necesario lifting.

El blanco -o sea, la noticia optimista- lo define la celebración durante dos días del Encontro Internacional no Camiño Inglés, en Oroso. Se trata del primero de una serie que se pretende alargar en el tiempo, y fue también un paso importante en la consolidación de la imagen de esa ruta jacobea y en la generación de conocimiento sobre ella. Esto último, fundamental si no queremos que en el futuro se convierta en un mero objeto arqueológico de museo.

Y curioso: más de la mitad de los ciudadanos que ocupaban su silla en el salón de actos (88 personas exactamente el pasado jueves, 69 el siguiente) aún no han cumplido su primer cuarto de siglo, algo que desde luego levanta el ánimo. Y como al césar lo que es del césar, la medalla tiene que colgársela la Escuela Universitaria de Turismo-CENP de A Coruña, que se volcó con la iniciativa.

El Encontro puso el broche de oro al Año de Margery Kempe, así declarado en su día por el Concello de Oroso con el fin de conmemorar el paso por el puente de Sigüeiro de esa peregrina británica hace justamente 600 años. Y esté donde esté, Margery Kempe (que parió a 14 hijos aunque no dormía con su marido, pero en cualquier caso olvide usted cualquier devaneo porque aseguraba estar casada con Jesucristo) debe estar sonriendo al leer el texto de la placa que en su memoria se descubrió en Sigüeiro, en pleno Camino Inglés.