En Betanzos

Cristóbal Ramírez

OROSO

02 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos días tuvo lugar en Betanzos el I Encontro no Camiño Inglés. Una atípica feria con abundancia de degustaciones gratuitas de los productos que simbolizan a cada uno de los 18 municipios que cruza esa ruta jacobea: truchas de Oroso, proia de Pontedeume, pan de Carral… hasta cebollas de Miño, aunque de estas no hubo degustación porque tomarse a pelo una cebolla no está al alcance de todo el mundo, lo que no resta calidad al producto.

Ahí estaban los municipios de la comarca beneficiados por el paso de los peregrinos que cada vez son más, superando ya los 10.000, un número que aumentará porque desde marzo la Iglesia católica ha empezado a expedir compostelas a quienes parten de A Coruña aunque esa ciudad no dista los 100 kilómetros preceptivos.

El ejemplo lo dieron Diputación y Xunta. Una, la convocante, y otra, en digna primera línea. El presidente de la primera -que hizo uso de la palabra en el discurso oficial- invitó a hablar en pie de igualdad a Ovidio Rodeiro, ex alcalde de Boqueixón y delegado del Ejecutivo en la provincia, con las espaldas bien guardadas por el gerente del Xacobeo. Lo dicho: un ejemplo de que el Camino, como patrimonio histórico y fuente de ingresos hoy en día como siempre fue debe quedar fuera de las discrepancias políticas.

Santiago estuvo presente, aunque no puso toda la carne en el asador. Oroso sí lo hizo, y Mesía -que tiene en el Camino Inglés el minúsculo enclave de Bruma- se portó con dignidad. Ordes es otro cantar. No acudió a la reunión previa en A Coruña y envió a Betanzos a dos discretos ediles. Su apuesta por ese itinerario de peregrinación no parece muy nítida, y su posición política debería ser expuesta alto y claro.