Instalan un radar en A Sionlla en un tramo con un historial negro

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTAGO / LA VOZ

OROSO

La N-550, entre los kilómetros 50 a 57, acumula accidentes muy graves

07 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Dirección General de Tráfico ya anunció el pasado mes de octubre que intensificaría la vigilancia en varias carreteras nacionales y comarcales, autopistas y autovías. Uno de los puntos incluidos en su plan es el tramo entre los puntos kilométricos 50 y 57 de la N-550 (A Sionlla), donde ya son visibles las cajas del radar. Están entre los kilómetros 54 y 55, en un recta prolongada en dirección Sigüeiro (Oroso), después de la Finsa y el hotel Castro y antes de la curva de la gasolinera. Un tramo marcado a 80 kilómetros por hora y que está considerado como un punto negro de la red viaria de Santiago por el número de accidentes registrado. Los vecinos más próximos a la carretera se quejan del exceso de ruido que soportan todo el día debido a la gran velocidad a la que circulan los coches por el vial.

De acuerdo con la información que puede consultarse en la página web de la DGT, el radar previsto para este punto kilométrico de momento es «móvil», pero la previsión es que el nuevo funcione «en ambos sentidos» de la marcha. De ahí que probablemente el aparato no se mantenga fijo dentro de la cabina, sino que se alterne su ubicación. Algo que no podrá ser apreciado por los conductores y que permitirá que se cumpla el objetivo de reducir la velocidad de circulación para evitar siniestros. En el tramo de la N-550 que discurre por Santiago y los municipios de la comarca hay otro radar en funcionamiento en el kilómetro 76, en A Escravitude (Padrón).

Además del nuevo radar que ya es visible en A Sionlla, la DGT tiene previsto instalar otros móviles entre los kilómetros 321 y 337 de la N-525 (Santiago-Ourense), que corresponde al tramo de curvas entre las localidades de Lestedo (Boqueixón), Ponte Ulla (Vedra) y A Susana, en la parroquia compostelana de Marrozos. La N-547, aunque dispone de un radar fijo en el lugar de Amenal, tendrá próximamente otro móvil en ambos sentidos entre los kilómetros 42 y 88, que corresponde a un tramo que afecta a los municipios de O Pino, Arzúa y Melide. Esta zona requiere una vigilancia mayor debido a la presencia de peregrinos del Camino Francés. Las curvas de Ribadiso (Arzúa), la travesía de Boente y la salida de Melide hacia Palas son algunos de los puntos más conflictivos del vial junto al enlace del Camino Francés con la N-550 en Arca (O Pino).

Los tres kilómetros de la comarca AC-522 (As Galáns-Pardiñas), los 31 de la AC-543 (Santiago-Noia) estarán controlados por radares móviles, según el plan de vigilancia anunciado por la DGT. El mismo tipo de radar se prevé instalar en las comarcales AC-544 (Bertamiráns-Negreira), con especial atención al tramo entre los kilómetros 5 y 7 (rotonda de Feiraco), donde perdieron la vida recientemente dos motoristas. La AC-546, desde el kilómetro 2 (Negreira) al 15 (A Pereira-Santa Comba) tampoco se escapará del radar móvil, en ambos sentidos. Los controles estarán asimismo en el corredor CG-1.5 (Brión-Noia), que tendrá radar móvil entre los kilómetros 12 y 26, igualmente en los dos sentidos de la marcha.