
Ramón Sánchez Suárez , que se inició en el sector con solo 17 años, creó en el 2018 su propia empresa que dispone de sesenta estructuras
15 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La grúa más grande de Galicia es propiedad de la empresa Tecnogru de Ordes, creada en el 2018 por Ramón Sánchez Suárez con 40 años. Actualmente está instalada en el Ofimático de A Coruña, pero desde ahí partirá hacia Portugal. «Las vistas desde arriba son impresionantes, pero te tiene que gustar. Se ve toda A Coruña y más. Lleva un año, y aún le queda otro año más allí», explica Ramón, que recuerda que se hizo con la estructura casi en un golpe de suerte. Tiene 66 metros de pluma y puede levantar 18 toneladas de peso, «la mayoría, lo normal son 6 toneladas», explica. Esta grúa, la más grande de Galicia, «la montamos en un día y medio, y se desmonta más o menos en el mismo tiempo. Se necesitan 11 tráilers para trasladar todas las piezas. Somos los más rápidos de España en el montaje y desmontaje», asegura. Ramón apunta que un elemento como este «no puede estar parado mucho tiempo, porque cuando sale de un sitio, ya la esperan en otro». Nueva, la grúa gigante cuesta «unos 580.000 euros, pero la compré por la mitad en Córcega y me traje con ella otras dos grúas más pequeñas». Moncho, como prefiere que le llamen, empezó en el mundo de las grúas con solo 17 años, pero «no me arrepiento de no haber estudiado. Éramos un familia pobre y había que ponerse a trabajar. No me arrepiento», insiste. Pasó por varias empresas de A Coruña y Arteixo, «en las que aprendí mucho», hasta que en el 2018 decidió poner en marcha su propia empresa, que tiene siete trabajadores. «Hay días en los que están en casa, porque una vez montadas las grúas no hay que hacer nada, salvo el mantenimiento cada cuatro meses más o menos. Yo quiero que los trabajadores estén contentos y sean fieles a la empresa, así que prefiero que estén casa cobrando y no quedarme sin ellos cuando los necesite». Cuando empezó «tenía 20.000 euros en la cuenta, y me lancé. Después, lo tuve claro: dinero facturado, grúa comprada». Así hasta las sesenta que tiene actualmente la empresa, que se mueven por toda España; incluso están en Andorra con alguna. «Ahora deben quedar unas 3 o 4 grúas en la empresa sin montar, pero prácticamente siempre están trabajando», comenta con orgullo. Ramón entiende la preocupación de los vecinos que tienen una grúa sobre el tejado del edificio, pero «las medidas de seguridad son brutales. Yo duermo tranquilo. El problema es si no se mueve. No puede dejarse sujeta, tiene que estar a favor del viento sin oponer resistencia». El único problema que hay es que «cuando la grúa tapa la antena de la televisión del edificio, no ve la televisión nadie, porque produce interferencias en la señal e interrumpe la emisión».