En todo momento las barandillas de madera están muy bien integradas en el paisaje, y no se ha ahorrado material: son todo lo largas que tienen que ser para que el paseo sea seguro. Y es que originalmente la caja del tren se construyó en el límite del terraplén que va a dar al río, reforzando este para evitar descarrilamientos.
En conjunto fue una obra sobresaliente, máxime si se tiene en cuenta que la principal herramienta era pico y pala. Porque los taludes de hasta ocho metros que a una mano y otra va a dejar al peregrino dan idea de cuánto hubo que abrirse paso.