De vuelta a la carretera nacional, un centenar de metros más adelante aparece un desvío a la derecha (ojo, es fácil pasarlo; la mejor referencia es el hotel que queda a la izquierda del asfalto y que está justo frente a ese desvío), el cual tres o cuatro minutos después deja al visitante en una aldea llamada Codeseda. Presume esta de una casa grande (en algunos lugares figura como pazo, aunque quizás con demasiada generosidad) con un hórreo de enorme anchura que recuerda a algunos de la comarca de Bergantiños. Y frente a esos edificios, la capilla de Santa Bárbara, con su campanario que es claramente posterior al resto.
A la iglesia de Buscás
Y de ahí arrancan, al frente, dos pistas. La de la derecha va a girar al sur y lleva, tras algo más de dos kilómetros a la pista que por la izquierda lleva a Buscás y su magnífica iglesia con orígenes románicos, como deja bien claro su escondida fachada. Y la de la izquierda va a descender, idónea para un paseo con los más pequeños de la familia, hasta alcanzar el Rego de Covelo menos de 700 metros más allá. Y si hay ánimo para continuar otro tanto se alcanza As Mámoas, por donde discurre el Camino Inglés.