El café en Ordes, solo sin lluvia

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca SANTIAGO / LA VOZ

ORDES

PACO RODRÍGUEZ

La hostelería local, limitada a servir solo en terrazas, espera bajar pronto del nivel máximo para reabrir interiores

30 ago 2021 . Actualizado a las 22:25 h.

Ordes volvió a dejar vacíos ayer los interiores de la hostelería. El nivel máximo a que llevó la incidencia desbocada del covid tras las fiestas de Santa María -208 casos diagnosticados los últimos 14 días- vuelve a poner al sector local contra las cuerdas: solo puede servir en terrazas, y con el 50 % de su capacidad.

Situación complicada para todos, pero imposible para muchos que carecen de terraza o es meramente simbólica, por lo que optan directamente por echar el cierre hasta que Ordes baje de nivel y recupere el interior de bares y restaurantes. En este caso están muchos de los numerosos establecimientos situados en la calle Alfonso Senra, la travesía urbana de la transitada N-550. Locales como el bar San Roque, frente a la iglesia, o la cervecería PJ amanecían cerrados en esa zona. La lista es muy grande: el Doniña, el Nogar, el restaurante Os Arcos, O Rancho ... Otros se les unirán pronto, como El Túnel, que el 2 de septiembre baja la persiana hasta el día 17: «Esperemos que para aí xa baixemos de nivel, a ver se antes», comenta Manuel Fernández. Con terraza de cuatro mesas y sin posibilidad práctica de dar comidas, no es rentable. Con el cierre, vacaciones al personal. Y en estos días aún abierto, a esperar que el tiempo se porte. Porque ayer «pola mañá á primeira hora chovía. De coña. Menos mal que despois foi levantando», y hubo clientes para sus 12 plazas. Pero sin agobios.

Enfrente, el Nogallás se conforma con 18 sillas en la terraza: «O de sempre. É unha montaña rusa, abren e pechan. Eu xa non me rompo a cabeza. Darei vacacións á xente» para evitar un ERTE que obligaría a mantener contratos seis meses. Y José Luis Franco no compromete el futuro tras más de año y medio de pérdidas: «Traballamos moi ben todo o verán, con moito turista e peregrinos do Camiño Inglés, e agora esto corta todo», afirma mientras apunta cambios en los hábitos en hostelería: «A xente toma a consumición e marcha, non queda para tomar un café e charlar como antes. Hai máis rotación nas mesas». Pero sin interiores, la afluencia depende del clima.

Pilar García, de la cervecería PJ, cerró: «Con dúas mesas autorizadas, o 50 % é unha», así que no le quedaba otra. Su esperanza es que cuando pueda reabrir las limitaciones de aforo pasen a establecerse en función de las medidas que tome cada local, no por el nivel del municipio. Tampoco Belén Liste abrió el bar Nogar. Situado en la rúa do Recreo, travesía de la carretera provincial a Carballo, señala que la Diputación no les permite instalar terrazas por el tráfico del vial: «Esperemos que en 15 días se poida reabrir. Igual que subiron en grupos moi grandes -en torno a medio centenar en alguna jornada- que baixen tamén á vez. Ao noso sector estannos machacando, e a culpa nós non a temos».

Mejor lo tienen los negocios instalados en el entorno de la rúa do Muíño, recientemente peatonalizada y con amplias terrazas. Ellos pueden abrir, pero no se libran de las consecuencias de un interior cerrado. Lo explica Lourdes Vilares, de la cafetería Regos: «Abrimos ás 6 da mañá, para a xente que vai traballar». A esa hora, por más verano que sea, la terraza no invita a tomar nada. Ya si llueve, las pérdidas son totales. Por eso el hotel Santa Cruz en Montaos montó hace tiempo una carpa permanente: para no estar a expensas del cielo cuando el covid explota en Ordes.

El área suma 1.320 positivos de covid tras un incremento de otros 102

El área sanitaria de Santiago y Barbanza suma 1.320 pacientes con infección activa, tras un nuevo incremento de 102 casos, según el último informe del Sergas. El número de hospitalizados se sitúa en 19 -uno en el hospital del Barbanza-, de los que cuatro están en uci en el Clínico. Si municipios como Ordes y Melide afrontan una elevada incidencia, Santiago mejoró considerablemente sus cifras a lo largo de este mes. El alcalde explicaba que agosto comenzó con 639 casos activos, mientras ayer sábado esa cifra estaba en 197 personas. Pero Sánchez Bugallo recuerda que la pandemia no desapareció, y sigue habiendo un nivel de contagios elevado.

Alerta de que el alto porcentaje de gente vacunada «pode introducir unha falsa imaxe de seguridade», puesto que no es una garantía absoluta, además de que quede todavía un porcentaje significativo de población pendiente de la inoculación. En unas jornadas en que la ciudad «está batendo récords turísticos case históricos, debemos manter a prudencia e unhas determinadas medidas de seguridade evitando confiarnos». Espera que el incremento de ocho casos más en la jornada de ayer sea un repunte puntual y que no trunque una tendencia que hasta la fecha evolucionaba bien en Santiago.

Cribado en Boimorto sin casos

Continúan los cribados entre población de municipios de la zona para tratar de controlar la expansión de la enfermedad en municipios próximos a los importantes focos de Ordes y Melide. Ayer por la mañana fue el centro de salud de Boimorto el que acogió un cribado de antígenos destinado a jóvenes de entre 14 y 26 años. Como viene siendo habitual, la participación fue baja y únicamente acudió el 34,5 % de los convocados. No se registró ningún caso positivo en las pruebas realizadas.

Las restricciones, el final de mes y la explosión de casos apaciguan Melide

Melide entró este sábado en el nivel alto de restricciones, debido al incremento de casos de covid que empezó a registrarse justo hace una semana, cuando la situación epidemiológica permitía en el municipio ocupar todo el espacio disponible en las terrazas de los establecimientos de hostelería, mientras que el aforo interior tan solo estaba reducido en un 25 por ciento. La situación es, solo siete días después, muy diferente, y ya se palpa en la afluencia de gente en una de las zonas con más ambiente: la de vinos.

Pasado mediodía de ayer, en el exterior de los bares, que en su interior no pueden rebasar el 30 por ciento de su capacidad, no era en absoluto cuestión de paciencia encontrar una mesa libre. A los hosteleros, los que más van a percibir el endurecimiento de las restricciones ya que acumulaban dos semanas trabajando con las de los niveles más bajos, tienen que inhabilitar espacios en el exterior. El 75 por ciento permitido fue, al menos en la primera jornada en nivel alto, suficiente, si bien es cierto que, al coincidir con final de mes, muchos veraneantes ya regresaron a su lugar habitual de residencia, y el número de casos activos, más de un centenar, retrae a la gente.