Condenan a 15 años de cárcel al asesino de un joven dominicano en Ordes tras una disputa por drogas
ORDES
El acusado, que fue detenido en Colombia, deberá también indemnizar a la familia de la víctima con un total de 265.000 euros
29 oct 2020 . Actualizado a las 21:33 h.Tras el veredicto del tribunal del jurado que declaró a Julián Eduardo V. T. culpable del asesinato del joven dominicano de 24 años Álvaro Paredes en Ordes, la Audiencia Provincial de A Coruña ha dictado sentencia y es de quince años de cárcel para el acusado, un colombiano con nacionalidad española y que llegó a prestar servicio en el Ejército. El fallo también establece que tendrá que indemnizar con 265.000 euros en total a repartir entre la mujer, la hija y la madre de la víctima, además de hacerse cargo de los gastos que originó la repatriación del cadáver a la República Dominicana y el entierro.
De esos quince años de prisión a los que ha sido condenado Julián Eduardo V. T., le será descontado el tiempo que llevaba en prisión preventiva, ya que ingresó en la cárcel el 17 de mayo del 2018 tras ser detenido en Colombia por la policía del país latinoamericano atendiendo a la orden internacional de busca y captura que emitió Interpol una vez que la Policía Judicial de la Guardia Civil de A Coruña, la encargada de la investigación, logró resolver el caso gracias a una muestra de ADN.
La sentencia de la sección primera del tribunal provincial declara probado que, el 17 de julio del 2016, el condenado y Álvaro Paredes mantuvieron una pelea entre las 3.30 y las 3.40 horas en la entrada de una pista de tierra situada junto a la piscina municipal de Ordes, en el Campo da Feira de esta localidad. Una vez concluido el enfrentamiento, los dos abandonaron el lugar. Sin embargo, Julián Eduardo V. T. regresó a las 4 horas conduciendo un Mazda 6 gris e interceptó al joven dominicano cuando caminaba por la calle Compostela, donde le atacó clavándole un arma blanca de nueve centímetros de largo y tres de ancho en la zona lateral derecha del cuello, causándole una herida que le perforó la aorta y lo mató.
En la resolución judicial se considera acreditado que tanto el condenado como el fallecido se dedicaban habitualmente al trapicheo de drogas y tenían enemistad. También que el ataque se produjo por sorpresa y «en una zona mal iluminada y escasamente transitada», por lo que la víctima no tuvo posibilidades de defensa dado que, además, el asesino tenía entrenamiento militar.
En el cadáver del joven solo apareció el perfil genético del acusado y el éxito de la investigación radicó en que la Guardia Civil logró obtener otra muestra del asesino que permitió contrastar ambas y determinar que eran de la misma persona. Fue entonces cuando se activó su búsqueda internacional y su detención en Colombia.