E l «banco máis fedento do mundo» está en Ordes porque en esta comarca se amontonan buena parte de nuestras inmundicias, en gran medida porque no sabemos muy bien qué hacer con ellas y pensamos que con tirar las cosas a la basura, y en el mejor de los casos repartirla en contenedores amarillos, verdes y azules, ya es más que suficiente. Hace unos días, la encuesta de Sondaxe sobre las preocupaciones de los compostelanos reflejaba un porcentaje testimonial sobre los vertidos que generamos en el Sar. Es lo que tienen los ríos, que el agua lo arrastra todo, aunque no lo diluya.
Tirando de refranero, podemos engañarnos con la frase de Ojos que no ven, corazón que no siente, pero la historia del «banco máis fedento do mundo», nos devuelve a la realidad, ya que, por mucho que tiremos de miopía para abordar el problema de los residuos que generamos, a la basura se le da por pudrirse.
Los vecinos de Lesta que colocaron este banco con vistas a los vertederos invitan a conocer tan particular mirador para ser así conscientes de que las alternativas barajadas hasta ahora para solucionar el problema de los residuos no han dado resultados.
Quizá cambiaría algo si cada una de las personas que acuda a este paraje se parase a pensar cuanta de la porquería allí acumulada pudo generar en los últimos años y a cuanta podríamos haberle dado una solución alternativa. Porque lo único que todos debemos tener claro es que si buscamos una solución que no implique algún esfuerzo por nuestra parte, el banco de cada parque y de cada acera acabará siendo «o máis fedento do mundo».