María del Carmen Regueira: «El Museo do Traxe de Ordes es un gran desconocido. Y es una pena»

EMMA araújo SANTIAGO / LA VOZ

ORDES

pablo quinteiro

La guía de este museo, además de enseñar las salas con cerca de 300 vestidos, también los restaura

05 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

María del Carmen Regueira Amor es mucho más que una cara amable que enseña los vestidos del Museo do Traxe Juanjo Liñares, en Ordes. Los cientos de ropajes que están a la vista, y que el bailarín que da nombre al museo coleccionó durante más de medio siglo, esconden en muchos casos una y mil puntadas de esta mujer, nacida en Leira y que toda su trayectoria profesional está vinculada al sector textil, otrora motor económico de Ordes.

María del Carmen Regueira, Carmiña para los ordenses que la conocen también como miembro de Cáritas, catequista y destacada cofrade, inició su vida laboral en una histórica fábrica de punto, Confecciones Graña. Cuando cambió de empleo no lo hizo de oficio y se incorporó a otra firma local que se dedicaba a crear pequeñas muñecas de fieltro que después se utilizaban para un sinfín de adornos y recuerdos. «Eran artesanales y muy bonitas», resalta.

Su siguiente salto fue la confección de trajes tradicionales gallegos, una tarea a la que se dedicó hasta que comenzó a colaborar hace nueve años con Juanjo Liñares para poner a punto el museo. Y cuando la tarea llegaba a su fin, recibió una noticia que aún hoy agradece: el deseo de Juanjo Liñares de que ella misma se encargase de cuidar su legado. Y ahí sigue, encantada con el encargo. Además de mantener cientos de trajes en perfecto estado de revista, recupera piezas muy deterioradas que Liñares fue coleccionando o que formaron parte de su familia. «Ahora estoy restaurando un mantelo muy antiguo, tanto que pertenecía a la abuela de Juanjo, por lo que tiene más de cien años». En la transformación de esta pieza trabaja combinando cuidado y experiencia e incontables horas. El objetivo de esta recuperación, la misma que ya hizo con otros vestidos, y que prevé continuar, es mantener el legado de Liñares y exponerlo.

En el museo pueden verse cerca de trescientos trajes, incluidas piezas tradicionales de toda España y batas de cola. Entre las telas andaluzas destaca un vestido que lució Rocío Jurado. Pero su preferido es uno autóctono, «maravilloso y muy antiguo», tanto que en su día bromeaba con Juanjo Liñares diciéndole que «si lo echaba en falta no lo buscase, porque lo tenía yo».

Como en los grandes museos, su trastienda está llena de tesoros, ya que la colección ronda el millar de vestidos, un fondo de armario que permite alternar piezas cada seis meses para variar la exposición, «porque, de lo contrario, alguno de los trajes no vería la luz».

El cometido de María del Carmen Regueira es restaurar y mostrar los trajes. Y no tiene clara su preferencia. «Recuperar estos trajes lleva mucho trabajo, pero me encanta, tanto como atender las visitas que llegan». En ambos casos, tiene su espinita clavada. Sobre los trajes, porque cree que ahora «no hay tanto cuidado ni esmero con la confección», un problema que traslada a toda la moda. Pero su disgusto es mayor cuando habla de las visitas que recibe. «El Museo do Traxe es un gran desconocido. Y es una pena que no venga más gente a verlo, porque es maravilloso. Cuando llegan las visitas piensan que se van a encontrar veinte o treinta trajes, pero descubren una exposición con 270 piezas de todo el mundo», explica.

Como buena guía, conoce muy bien el origen del público que recibe, por lo que lamenta que «tengamos más de fuera que de aquí mismo, o de Galicia».

Una forma de mostrar el Museo do Traxe es organizar en él la presentación de actos. Así ocurría ayer mismo con la exposición Auga, o sangue da terra, promovida por Afundación.

La protagonista. María del Carmen Regueira es la guía del Museo do Traxe, de Ordes, y la encargada de cuidar las piezas.

Horario. El museo abre de 10 a 14 y de 17 a 20 horas de martes viernes. Los domingos, de 10 a 14 horas. La entrada vale un euro para jubilados y dos para el público mayor de 15 años.