La fortuna de la lotería navideña regresa a Val do Dubra y Santa Comba y se estrena en O Pino

m. García / P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

O PINO

PACO RODRÍGUEZ

«Cuando escuché el número del gordo pensé: ??Cómo me suena??», dice la lotera de Pedrouzo

23 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Todos los premios los he repartido yo», decía aún muy nerviosa y emocionada Maica Mera, del bar O Muíño, en Pedrouzo-Arca (O Pino). El primero fue hace casi tres décadas, más de 120.000 euros en la Primitiva -«cuando todavía eran en pesetas, más de veinte millones»-, después entregaron premios del Euromillón y el año pasado se había sellado en el establecimiento una Bonoloto agraciada con 288.160 euros, pero la lotería de la Navidad se le había resistido. Hasta ayer. «Cuando escuché el número del gordo pensé: ‘Cómo me suena, se me hace muy familiar’», aseguró Maica Mera. Y así fue. Ella sacó de la terminal los dos boletos agraciados con 400.000 euros cada uno, que cree que se llevó la misma persona, aunque no sabía si fue un vecino o un peregrino. Mientras ella explicaba, Manuel Mosteiro no paraba de atender el teléfono al tiempo que preparaba las botellas de champán para brindis con clientes y amigos, y algún despistado que no se había enterado aún que allí habían repartido el gordo.

Dos años consecutivos

Pero hubo más premiados que los del 03347. En Val do Dubra y Santa Comba cayeron dos quintos premios y no en cualquier sitio. El único décimo dotado con 6.000 euros que llegó hasta cada municipio fue a parar a despachos que parecen estar abonados a la diosa fortuna. La suerte recayó de nuevo en dos de los lugares donde el año pasado también celebraron el sorteo extraordinario de Navidad. La administración xallesa de Loterías Marcelino e Merceditas de Rafael, situada en la rúa Xosé Ferreiro, que el año pasado vendía un décimo de 125.000 euros (segundo premio), volvió a llevarse un pellizco con el 02308 y la máquina fue de nuevo la ejecutora.

Por otra parte, la cafetería Reyva, de Val do Dubra, se empieza a ganar a pulso el apelativo del bar de la suerte, ya que vendió parte del 07568, a través de máquina, como indicaban ayer desde el negocio, en donde desde primera hora seguían la retransmisión de la lotería por la televisión. Esta cafetería, donde también hay servicio de sellado de quinielas, dio el año pasado un quinto premio y vendió 15 décimos de otros. En el 2013, la Primitiva dejó ahí más de seis millones de euros, que entonces ya suponía su tercer premio millonario en tan solo cuatro años.