El ataque se produjo el 27 de marzo y por el momento se desconocen las motivaciones, entre las que pudo estar el robo
17 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Tras ocho meses de intenso trabajo, la Policía Judicial de la Guardia Civil ha cerrado la investigación del ataque que sufrió el 27 de marzo un vecino de O Pino que fue asaltado en su casa, encañonado con una escopeta y que, tras un forcejeo, acabó recibiendo un disparo que le causó heridas en la cabeza y el tronco.
El arrestado es R. B. C., un vecino de Teo de 47 años que aquel día pudo intentar un robo, aunque por el momento siguen sin estar claras las motivaciones que le llevaron a actuar de este modo. Los hechos se produjeron a plena luz del día cuando la víctima, un trabajador de una empresa de seguridad privada de 58 años de edad, regresaba a su domicilio en O Pino, concretamente en A Tarroeira. En ese momento fue sorprendido por un hombre que, según los testigos, llevaba la cara cubierta y que le ordenó que se dirigiera al inmueble, manteniéndole encañonado por la espalda durante un trayecto de cincuenta metros.
Cuando llegaron a la puerta de la vivienda, el agresor le dijo que entrase amenazándole al grito de «tira para dentro e non te fagas o valente que te deixo seco». La víctima, temiendo que su vida quedase a merced del atacante si ambos entraban a la casa, decidió cerrar rápidamente la puerta nada más traspasar el umbral. Fue entonces cuando se produjo un forcejeo y el individuo optó por disparar la escopeta que llevaba.
La potencia del arma hizo que gran parte de la munición atravesase la puerta e impactase en el cuerpo de la víctima, quien pese a sangrar abundantemente logró alcanzar el teléfono y llamar al 112 Galicia, que envió un helicóptero medicalizado y movilizó a las fuerzas de seguridad.
Pasado un mes del incidente, una patrulla del puesto principal de la Guardia Civil en Milladoiro (Ames) dio el alto a R. B. C., el actual detenido, cuando circulaba en un vehículo con placas falsas. En ese momento se le intervino además una escopeta que portaba oculta bajo el asiento del coche y que, tras ser analizada, se comprobó que había sido utilizada en delitos. También se averiguó que la escopeta figuraba oficialmente como extraviada y que su propietario se encontraba huido por otros delitos no relacionados con este ataque. Y es que R. B. C. había sido durante un par de años pareja sentimental de la exmujer del dueño del arma y se la había robado tras poner fin a esa relación. Tras el arresto, el teense prestó declaración en los juzgados de Arzúa y se ha decretado su ingreso en prisión investigado por un delito de tentativa de homicidio.