Un embajador con cresta para O Pino

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

O PINO

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El Concello convierte el ave autóctona en símbolo municipal justo cuando la fiesta alcanza la mayoría de edad

07 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Su historia podría ser muy similar a la del enanito de la película Amélie, que abandonó su jardín aburrido para viajar en fotografías por todo el mundo. Por lo de pronto, al gallo piñeiro de O Pino le descubrieron ayer una escultura de bronce policromado frente a la sede del consistorio, en O Pedrouzo, al pie mismo del Camino Francés por el que el año pasado transitaron más de 176.000 peregrinos. Basta con que unos cuantos se retraten con la obra de Cándido Pazos para que el gallo piñeiro, con su particular cresta apocada, empiece a viajar por todo el mundo como el gran embajador de la tierra que honra a esta ave de corral con una fiesta.

Ese fue al menos el deseo expresado ayer por el alcalde de O Pino, Manuel Taboada, en su intervención en la Festa do Galo Piñeiro, que este año alcanza su mayoría de edad. «Vai ser o noso embaixador», dijo convencido el regidor sobre el gallo piñeiro, que tras la inauguración de su escultura ya empezó a ser inmortalizado en numerosos selfies que se fueron subiendo a las redes sociales.

En la cita anual de la Festa do Galo Piñeiro participaron algo más de 1.200 comensales en la carpa habilitada al efecto, aunque previamente se distribuyeron 340 kilos de este producto en una degustación gratuita que no llegó a cubrir, ni por asomo, toda la demanda.

La propia conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, se quedó sin ración, como admitió ella misma al pronunciar un pregón en el que destacó la «singularidade» de la raza piñeira y de su fiesta gastronómica, declarada de interés turístico gallego desde el 2010, como polo de atracción para este municipio. El alcalde no dejó pasar la presencia de la conselleiro y le reclamó que el gallo y la gallina piñeira sea reconocido como una raza autóctona

Los premios, en familia

El buen tiempo acompañó toda la jornada festiva en O Pino, que albergó en paralelo las ya tradicionales Feira Celta y Mostra Cabalar que acompaña a la exaltación de la preciada gallinácea. Buena parte de los premios de la 18.ª edición la Festa do Galo Piñeiro se quedaron en familia.

En el apartado de gallinas, el primer premio fue para Miguel Neira; Lucas Magadán fue segundo y su madre, Magdalena Martínez, fue tercera. En el apartado de gallos, Lucas Magadán se llevó el primer y tercer premio, mientras que Carlos Rodríguez se quedó con el segundo.

El éxito de la familia Magadán, criadores desde hace 15 años, fue rotundo. Su secreto, sostiene Carlos Magadán, albañil de profesión, estriba en «criar moito» y en que cree tener «os mellores exemplares para ser pais».