La emocionante sorpresa que llevó a una vecina de Negreira a cantar en el concierto de Mónica Naranjo, su ídolo musical

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

NEGREIRA

Mónica Naranjo y Montse Angueira, sobre el escenario del Teatro Zorrilla de Valladolid.
Mónica Naranjo y Montse Angueira, sobre el escenario del Teatro Zorrilla de Valladolid. MARÍA NOEL ROBAINA

Montse Angueira, nacida en Ames, rechazó ser vocalista de joven y ahora, con 37 años, cruza las puertas que se le vuelven a abrir sobre los escenarios

04 dic 2021 . Actualizado a las 09:23 h.

Una semana más tarde, Montse Angueira todavía sigue asimilando la emocionante sorpresa que vivió el pasado sábado en el Teatro Zorrilla de Valladolid. La amiense de 37 años (afincada desde hace 12 en Negreira) viajó dispuesta a disfrutar del concierto de uno de sus ídolos musicales, Mónica Naranjo, aplazado en dos ocasiones por la pandemia. Lo que nunca imaginó es que ese día acabaría sobre el escenario cantando varios temas de la catalana ante cientos de ojos, entre ellos los de su marido, Álex Montero, al que conoció hace 20 años y muchos recuerdos de cuando empezaron están asociados a la pantera de Figueras.

Todo comenzó con una notificación tras comprar sus entradas, dando la posibilidad de tener una experiencia mucho más cercana y poder hablar con la artista durante una hora, dar una masterclass con su profesora vocal y cantar con ella. El requisito era mandar un vídeo interpretando alguno de sus temas, algo que Montse hizo sin esperar que el suyo sería uno de los seis seleccionados. «Nos enteramos por la pantalla del teatro que habíamos sido los elegidos. Fue una sorpresa. En ese momento me bloqueé y empecé a llorar. Fue un cúmulo de nervios y emociones... y al llegar al escenario nos fundimos en un abrazo», relata.

Así es como acabó entonando, por ejemplo, Empiezo a recordar, «una canción que Mónica Naranjo compuso cuando murió su hermano y que a mí me trae malos recuerdos... a día de hoy no soy capaz de cantarla, pero allí con ella sí pude hacerlo, delante de 600 personas», recuerda con voz exultante la vecina de Negreira. Mónica al desnudo fue un formato de concierto especial que duró 6 horas e incluyó un repaso a su biografía y un coloquio con sus fans, entre otras cuestiones.  «La gente podía hacerle las preguntas que quisiera de su biografía y ella habló de sus composiciones, de sus vivencias... hasta cantó algún tema que todavía no ha salido, por eso nos requisaron los móviles antes de entrar», subraya la amiense, aunque la fotógrafa María Noel Robaina estaba allí con su cámara para retratar los momentos más mágicos en el Zorrilla. «Yo tenía otra imagen de Mónica Naranjo. Es una persona humana, humilde y muy, muy, cercana. Me transmitió mucho cariño y me supo consolar cuando yo no podía dejar de llorar», afirma Montse, quien rechazó hacer una carrera como vocalista de joven. Aunque lleva la música en el ADN y ya tarareaba canciones cuando aún no sabía hablar, en su día la amiense prefirió centrarse en su trabajo y pareja.

«Mi hermana Irene es cantante, ahora dio el salto en solitario, y mi prima Diana Cea fue la primera cantante femenina de la orquesta Panorama, por lo que sabía todo lo que implicaba esta profesión, porque lo viví de cerca. Yo siempre trabajé como dependienta. Ahora estoy en paro, formándome como auxiliar de odontología, y en este momento estoy empezando a hacer todo lo que antes no hice en un mundo que me apasiona», confiesa. A pesar de haber destacado en concursos de karaoke, de haber cantado en la televisión autonómica y actuado en galas solidarias, la treintañera reconoce tener pánico escénico. «Estoy yendo a clases y voy perdiendo mis miedos. Ahora lo llevo mucho mejor, con otra madurez que no tenía con 20 años», destaca, y entre sus planes está pelear por participar en el concurso Recantos del programa Luar (TVG).