Cristian da tres puntos de oro al Negreira ante el Arenteiro

Emilio Forján

NEGREIRA

Forxán

Los locales acabaron con nueve por las expulsiones de Pablo Vidal y Darío Capelo

25 feb 2018 . Actualizado a las 22:46 h.

El Negreira se llevó un triunfo agónico por la mínima ante un rival directo, el Arenteiro, que fue mejor en el primer acto, pero que se hundió en la segunda parte, a pesar de que pudo empatar en los compases finales con dos ocasiones de Rubén Arce, cuando los locales se quedaron con nueve jugadores por las expulsiones por doble amarilla de Pablo Vidal y Darío Capelo.

Fue un duelo intenso y muy igualado que se decidió con el gol de CristiAn en el minuto 77 tras una buena jugada de los rojillos por banda izquierda guiada por un inconmensurable Pancho. El esférico le llegó a Cristian para batir por raso al portero Pachi.

Un Negreira plagado de bajas supo esperar su momento para ajusticiar a su rival. Resistió el envite de los de Carballiño, que apretaron de inicio y tuvieron tres ocasiones para batir a Rodri. La primera de Iker Hurtado a los veinte minutos, que desbarató el portero con los pies en el primer palo; la segunda, con un disparo lejano de Rubén Arce, que casi sorprende al meta rojillo en el 33; y dos minutos después, una gran conexión por la derecha que dejó a Iker Hurtado a merced del gol en el primer palo, donde apareció Rodri para despejar nuevamente con los pies.

El segundo acto resultó muy trabado, con poco ritmo y plagado de faltas. El Negreira cogió la batuta del partido y no la soltó hasta conseguir el gol, aprovechándose del hundimiento físico de los jugadores del Arenteiro, a los que se les hizo muy largo el partido.

Aun así, reaccionaron tras el gol y empezaron a colgar balones al área, pero con los rojillos muy cómodos hasta la expulsión de Pablo Vidal en el 86 por doble amarilla. Fue Rubén Arce quien pudo igualar en el 89 con un chut fuerte que atrapó Rodri, y tras un rechace que le quedó en el área pequeña que no supo definir. Los tres puntos se quedaron en casa en un final agónico.