«Os albores de Feiraco» o la transformación de una comarca

emilio forján NEGREIRA / LA VOZ

NEGREIRA

Un libro de Amador Rodríguez narra los inicios de la cooperativa

11 mar 2015 . Actualizado a las 17:02 h.

Os albores de Feiraco es un libro que recopila hechos y documentos históricos de cómo se sucedió la modernización del campo y la economía en los ayuntamientos de Negreira y A Baña, extendida a partes limítrofes de Ames, Brión, Mazaricos, Santa Comba o Val do Dubra. Amador Rodríguez Troncoso, uno de los agentes pioneros en la que fue la primera agencia de Extensión Agraria de España, la de Negreira, creada en el año 1956 en una zona inmersa en un proceso de concentración parcelaria, que también fue la primera a nivel nacional, relata cómo el factor humano fue decisivo para el cambio.

Amador, que hoy en día cuenta con 93 años de edad, ha visto cumplido el objetivo de recoger en un libro financiado por la Fundación Feiraco, los concellos de Negreira y A Baña y, por quien fuera veterinario de la zona, Manuel Martínez Antelo, muchas referencias a la época en que el asociacionismo agrario y el fomento de las cooperativas, cuyos dirigentes consensuaban soluciones cada primer domingo de mes reuniéndose en el cine Gran Vía, fueron decisivos para abrir el camino a Feiraco.

«Era unha agricultura de autoconsumo, fundamentalmente baseada na cría de becerros, onde o leite non tiña peso. Na Arieira estaba Industria Láctea de Negreira (ILNE), que era de Fabeiro, e dicíame que tiñan que pechala porque en toda a comarca do Xallas e de Barcala non eran capaces de conseguir cincocentos litros diarios de leite. Iso moveunos a reorientar a gandeiría á produción de leite, que foi o que deu lugar a Feiraco», según cuenta el exagente comprometido con las posibilidades del rural y con la necesidad de que cada parroquia tuviese su propia identidad con las cooperativas, el germen de lo que años más tarde, el 20 de octubre de 1968, sería el nacimiento de Feiraco.

Extensión Agraria nunca quiso imponer criterios a los agricultores, o lo que es lo mismo, sino querían asociarse en cooperativas, no los obligarían. Las agencias se habían creado para salir de la pobreza del autoconsumo. Fue el ofrecimiento de ayuda de los norteamericanos a Franco, a cambio de dejar instalar sus bases en el territorio español para dominar el Mediterráneo en tiempos de la Guerra Fría. Cuenta Amador que el dictador «pensaba que os norteamericanos ían darlle cartos e alimentos ante o illada que estaba España, pero o que lle deron foi o servizo de Extensión Agraria para que a xente, cos seus recursos e coas súas posibilidades, puidesen saír adiante».

Acercamiento a la gente

El acercamiento de Extensión Agraria a los ganaderos por su vocación de servicio y carisma especial potenció si cabe más el desarrollo agroganadero. Se pasó así de una economía de subsistencia a una comercial, con la introducción de las vacas frisonas holandesas para producir leche; las semillas; el maíz híbrido; la patata de siembra que daban para comer todo el año, «non só polo Nadal», o la repoblación forestal que llegó a agotar todas las plantas disponibles en los viveros gallegos.

El libro deja una importante reflexión, y es que cuando se creó Feiraco no se valoró adecuadamente lo que en realidad significaban cooperativas como la de Barcala, Liñaio, Cabanas o A Pena, entre otras, por lo que no se contó con algunos de sus valiosos dirigentes.

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