Vecinos de Melide ante las aguas fecales que inundan el acceso al cementerio: «Tiven que ir polo coche para cruzar, porque camiñando non fomos capaces»
MELIDE
Los residentes en Santa María exigen una solución a un problema que se repite desde hace una década cuando llueve
18 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Al hartazgo que, de manera generalizada, provoca la lluvia a estas alturas del año, los vecinos de Santa María, en Melide, le suman las molestias que genera el agua a las puertas del cementerio de la parroquia. No es nueva la situación. De hecho, hay miembros en el actual equipo de gobierno que ya la denunciaron hace exactamente diez años. Pero, precisamente, por endémica, los afectados claman, ya no individualmente, por una solución que tampoco fueron capaces de encontrar en ningún ejecutivo municipal anterior. Cuando llueve con intensidad, algo que sigue siendo habitual en Galicia aún a pesar del cambio climático, las aguas fecales se desbordan en el acceso al camposanto de Santa María, donde llegan a formar una escorrentía que llega a impedir, al menos a pie, entrar en el recinto.
Los registros de la estación de bombeo existente en el lugar se desbordan, provocando un reguero de aguas fecales que, por la inclinación del terreno, discurren, junto con restos de productos de higiene personal y de uso íntimo, hasta fincas de particulares, causando daños en las propiedades.
Esa misma situación se denunció públicamente en informaciones publicadas en La Voz hasta en cuatro ocasiones. En mayo de 2004, en febrero y en agosto de 2016, y en enero de 2018. Hoy, los vecinos de Santa María vuelven a romper el silencio, hastiados de esperar por una solución que no acaba de llegar. «Cando chove, isto é un desastre», afirma un afectado. Cuenta que el último día que se acercó con su familia hasta el cementerio con la intención de dejar flores «tiven que ir polo coche a casa para cruzar, porque camiñando non fomos capaces de entrar. Era tal cantidade de agua —comenta— que ata rebosaba levantando as tapas; estaba inundado». Además de la cantidad de agua que impide el paso, las aguas sin depurar «desprenden un olor desagradable e traen de todo: compresas, toallitas...», apunta este vecino.
De esa imagen, que se perpetúa desde hace una década, dejó constancia la Policía Local en un informe, con fotografías adjuntas, elaborado a finales de noviembre del año pasado a raíz de una llamada vecinal. Fue la última vez, según detallan los afectados, que tuvieron conocimiento de la situación los gobernantes locales, a los que los afectados, según indican, tienen informados de la situación de manera reiterada. El deficitario funcionamiento de la estación de bombeo origina la problemática. Los operarios municipales «limpan cando poden», cuentan los vecinos, que lamentan que no sea esa (a la vista está) la solución definitiva. Este periódico se puso en contacto, de momento sin éxito, con el gobierno local (Adiante Melide-BNG) para conocer la causa del problema y si está previsto adoptar alguna medida que los subsane de una vez por todas.