Melide y Arzúa mantienen las limitaciones de consumo de agua

Natalia Rodríguez Noguerol
n. noguerol MELIDE

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El río Furelos lleva muy poca agua, como se aprecia en la foto del pasado fin de semana
El río Furelos lleva muy poca agua, como se aprecia en la foto del pasado fin de semana Sandra Alonso

La lluvia no alcanza aún para recuperar el caudal de los ríos

14 sep 2022 . Actualizado a las 05:05 h.

La lluvia que está cayendo desde hace días no es suficiente para paliar la escasez de agua que, en mayor o menor medida, afecta a toda la Península. Por eso, los concellos que ordenaron o recomendaron a sus vecinos aplicar restricciones en el consumo las mantienen, de momento, de manera preventiva para evitar medidas drásticas como cortes en el suministro. En Melide, permanece con vigencia el bando, emitido a mediados del mes pasado, prohibiendo utilizar agua de la traída para llenar piscinas, regar, baldear, y para realizar tareas de limpieza de coches y de fachadas.

Las restricciones, que se adoptaron a petición de la concesionaria del agua ante el mayor consumo derivado del incremento de la población en agosto, surtieron efecto. De los 3.100 metros cúbicos de agua que se consumieron al día hasta pasadas las fiestas de San Roque, que se celebraron la tercera semana de agosto, se pasó a los 2.600, según los datos que, semanas atrás, le facilitó la empresa al alcalde José Manuel Pérez. El regidor melidense atribuye el descenso en el consumo «á concienciación veciñal, e á diminución da xente», apunta. José Manuel Pérez asegura que no existen problemas de suministro, y que, por tanto, no se recrudecerán las medidas de contención de consumo, «ao menos que se prolongue a seca durante un tempo».

Y en Arzúa, el equipo del alcalde José Luis García reforzó, a través de las redes sociales, la campaña que apela a un uso responsable del agua, ya que, a pesar de las precipitaciones, «as fontes e os ríos aínda non recuperaron o seu leito normal», explican. Así, aconsejan adoptar en el ámbito doméstico prácticas que repercuten en la reducción del consumo como cerrar el grifo cuando se enjabonan las manos y la loza, o poner a funcionar la lavadora y el lavavajillas solo cuando estén llenos y con programas economizadores de agua.