«Respectamos as medidas, pero teñen que ser para todos»

Natalia Rodríguez Noguerol
natalia noguerol MELIDE / LA VOZ

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Hosteleros nocturnos de Melide destapan desigualdades en las exigencias al sector

14 jul 2020 . Actualizado a las 05:05 h.

Afirman sentirse «impotentes» cada vez que, en el contexto de la hostelería, trascienden comportamientos que multiplican el riesgo de contagio de covid, y, consecuentemente, las posibilidades de un rebrote. Se sienten agraviados porque cuando eso sucede se les señala a ellos. Son los hosteleros de la noche. Y en Melide, que sostiene la movida nocturna con una zona de vinos y otra de pubs que se complementan, no están dispuestos a cargar con el sambenito. Por eso extienden una invitación a comprobar cómo en sus locales de copas se cumple.

«Estamos mal vistos, a pesar de que tenemos más medidas que en cualquier establecimiento diurno», apunta Héctor Martínez, socio en dos pubs de la localidad, donde, el último sábado, abrieron ocho de los quince existentes en la zona que, en las inmediaciones del céntrico cantón de San Roque, abarca las rúas Galicia, Emilio Pardo Bazán y Concepción Arenal. Los establecimientos se armaron de desinfectantes de manos y de mascarillas para camareros y clientes. La limpieza se intensificó en los baños, al igual que el control en el acceso a los locales, con porteros que velan por los aforos y que se encargan de registrar el contacto telefónico de la clientela.

La contratación de ese personal de vigilancia supuso un gasto añadido para hosteleros como Fernando Rey. Para otros, como Martín Carral o José Luis Vázquez y sus socios, la adquisición de mesas y de sillas repercutió en una inversión que «ahora nos tenemos que comer». Según explican, la Administración tumbó el criterio inicial de excluir del uso obligatorio de mascarilla a quienes comparten mesa en el interior del local. «Temos o protocolo con máis esixencias do sector e quedamos de malos da película», reprochan los hosteleros de la zona de copas, que, en igual línea, insisten en que «menos nos pubs, o resto pode facer o que queira». Por eso, reivindican «igualdade», apunta Emilio Pereiro, que volvió a activar las cámaras del local que regenta para curarse en salud ante el control que ejerce la Guardia Civil. Su compañero en el gremio Miguel López insiste: «Nós respectamos as medidas, pero teñen que ser para a hostalería toda».

Pesa a las dificultades, levantaron la persiana para «por lo menos, poder pagar el alquiler» porque «fóra parece que hai ambiente, pero entras nos locais e nada», indican. En efecto, la gente es reacia a entrar. Aún siendo el aforo reducido, «sobra». Por eso rezan para que el buen tiempo los asista y agradecen que el Concello les haya permitido instalar barras en el exterior. Con todo, la facturación cayó por debajo de la mitad de lo que acostumbraban a hacer de caja en pleno verano. A las restricciones, le suman la imposibilidad de controlar la responsabilidad de cada noctámbulo en el uso de la mascarilla -«é moi complicado», afirman-, así como el escaso margen de tiempo que les queda para trabajar, porque la zona de vinos se despeja, en el mejor de los casos, a las tres y media de la madrugada.

La Policía Local de Ordes no detectó graves incumplimientos 

e.a.r.

Hace una semana, el regidor de Ordes, José Luis Martínez Sanjurjo, no descartaba cierres provisionales en los locales de movida que incumpliesen la normativa. Esta posibilidad parece diluirse ya que, según confirmó la Policía Local, los controles del pasado fin de semana constataron que el comportamiento fue «óptimo», aunque habrá expedientes por incumplir horarios.

En paralelo, el regidor ha convocado a los hosteleros y comerciantes de la rúa do Muíño y de la rúa da Feira para abordar, precisamente, la normativa que impone la prevención del covid y también para presentar el proyecto de humanización y peatonalización de la rúa do Muíño.