Abre expediente a dos empresas y al Concello por un vertido letal que estudia llevar a la Fiscalía
04 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Unas 9.800 truchas muertas y alrededor de 200 bogas que corrieron la misma suerte. Es el balance que trascendió de la afección causada semanas atrás por un vertido procedente del polígono industrial de A Madalena, en Melide. Dejó sin vida los últimos ocho kilómetros del principal cauce fluvial de esa comarca del interior coruñés, el río Furelos, dañado desde el arroyo en el que desaguan las residuales del parque empresarial, que carece de un sistema de depuración, hasta la desembocadura en el río Ulla, frontera natural con la provincia de Pontevedra. El tramo afectado quedó vedado a la pesca.
Lo ordenó la Consellería de Medio Ambiente que, esta vez, no pasó por alto una problemática impune que la asociación de pescadores de la comarca lleva más de una década denunciando, aunque nunca antes tuvo las consecuencias que generó en esta ocasión, tanto medioambientales como, de momento, administrativas. El vertido letal marcó un punto de inflexión en la actuación del departamento que dirige Ánxeles Vázquez, que no descarta ponerlo en conocimiento de la Fiscalía. Ya lo hizo el Concello de Santiso, toda vez que el tramo de río afectado discurre por ese municipio coruñés, donde el vertido de mediados de julio contaminó también el área recreativa de A Cornella, ya en el Ulla. Las autoridades locales, de hecho, acordaron desaconsejar el baño en esa zona de esparcimiento estival de referencia en la zona.
La respuesta de Medio Ambiente ante los hechos permitió poner nombre a las dos empresas que desde el polígono industrial de A Madalena están contaminando las aguas del río Furelos. La conselleira Ángeles Vázquez, que conoce de primera mano el endémico problema ya que fue alcaldesa de Melide, identificó como causante del devastador vertido a una factoría láctea de base social cooperativa, en la que la propia Xunta participa en un 25 %. Le abrió un expediente sancionador al ser la mortandad de fauna ictícola una infracción grave en materia de pesca fluvial. La propuesta de sanción oscilará entre 3.001 y 30.000 euros, y a ella también se enfrentan el Concello de Melide, donde el PP perdió la alcaldía las pasadas municipales, y una segunda empresa -un matadero avícola- en la que técnicos de Medio Ambiente situaron el origen de vertidos detectados con posterioridad al devastador mes pasado en el arroyo al que desaguan las residuales del parque empresarial del municipio.
La sociedad participada por la Xunta y la administración local podría, además, tener que hacer frente al pago de una segunda sanción, notablemente superior a la primera. De 60.000 a 300.000 euros pueden establecerse las multas por la infracción grave que se les imputaría en materia de conservación de la naturaleza, al registrarse el vertido de julio en un espacio protegido en el marco de la Red Natura comunitaria.
Medio Ambiente trabaja en los estudios técnicos precisos para incoar un expediente administrativo por esa causa. Por otro lado, requirió al ayuntamiento melidense y a la factoría láctea la adopción de las medidas necesarias para poner fin a unos vertidos que siguen sin cesar después de años contaminando el río Furelos aguas abajo del polígono industrial.
Residuos de una láctea participada por la Xunta mataron 10.000 peces en un afluente del Ulla
La falta de depuración en el polígono aguarda por una solución desde hace 8 años
La contaminación que afecta al principal cauce fluvial de Melide por vertidos procedentes del polígono industrial, gestionado por Xestur, pone de manifiesto la principal carencia del parque empresarial. El primer intento por darle respuesta quedó frustrado cuando el PP relevó en la Xunta al bipartito PSdeG-BNG y la ahora conselleira de Medio Ambiente, Ánxeles Vázquez, recuperó, en el 2011, la alcaldía melidense. Descartaron la depuradora que habían proyectado instalar y apostaron, en su lugar, por la canalización de las aguas residuales del polígono industrial hasta la EDAR municipal. Ocho años después, el proyecto, que contrató Augas de Galicia, se encuentra en fase de redacción, tal y como confirman en la Consellería de Infraestructuras, desde la que ya advierten que los elevados parámetros de contaminación de los últimos vertidos detectados imposibilitarían su tratamiento en la estación en la que se depuran las aguas residuales del casco urbano de Melide, por lo que las empresas que los originaron tendrían que contar con su propio sistema de depuración.
La problemática de los vertidos industriales del polígono de Melide la conocen en Augas de Galicia desde hace, al menos, doce años. Del 2006 es la primera de las dos sanciones que recibió por esa causa el Concello melidense, que, como titular de la red de saneamiento del polígono, tendrá que dar respuesta al expediente que también abrió el organismo a raíz del vertido de julio. En los últimos años, Augas incoó, al menos, tres expedientes más por vertidos industriales en Melide.