Tres iglesias en Melide y una en Boente tienen personal de atención al peregrino

Natalia Rodríguez Noguerol
n. noguerol MELIDE / LA VOZ

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Iglesia Xunta han renovado la colaboración para mantener abiertos los templos más emblemáticos

01 abr 2018 . Actualizado a las 05:10 h.

Iglesia y Xunta han renovado la colaboración que mantienen desde hace años para mantener abiertos, con personal de atención a los peregrinos, los templos de referencia y los más emblemáticos en las diferentes rutas de peregrinación a la ciudad del Apóstol. Desde mediados de marzo, la apertura con horarios ampliados de iglesias ya es efectiva en un total de 15, distribuidas en diferentes itinerarios jacobeos y adscritas a la diócesis de Lugo, que es la circunscripción eclesiástica a la que pertenecen Melide y Boente, ya en Arzúa.

Son tres las iglesias en el municipio melidense y una en ese núcleo arzuano las que han abierto con servicio de atención al peregrino, que se ofrecerá hasta finales de octubre, que es cuando la afluencia de peregrinos en el Camino empieza a ser notablemente menor. En Melide, antes de alcanzar al casco urbano, la iglesia de San Juan de Furelos tiene un horario de apertura de martes a domingo de 8.20 a 15.00 horas. Ya en el centro de la localidad, la capilla de San Roque permanece abierta los mismos días, pero de 10.00 a 13.00 horas; mientras que la iglesia parroquial, la de San Pedro, en plena zona vieja, también abre de martes a domingo, pero en horario de tarde: en concreto, de 17.00 a 20.40. Ya en el concello de Arzúa, la iglesia de Santiago de Boente tiene un horario de 7.30 a 14.10 horas, entre iguales días de la semana.

Los horarios de apertura no han sido establecidos al azar, sino que responden a los hábitos de los propios caminantes. Es decir, permanecen abiertas en el tramo horario durante el que «más peregrinos pasan», tal y como indica Francisco Moreiras, párroco en varias parroquias del municipio melidense y delegado del Camino de Santiago de la diócesis de Lugo. Explica el sacerdote que el servicio de atención -que prestan feligreses contratados en virtud de un convenio entre Turismo de Galicia y, en este caso, el Obispado de Lugo- está pensado, además de para sellar la credencial, para que el peregrino «disponga de una iglesia abierta para la oración, pueda ver el arte que hay en ellas y también satisfacer la demanda de información de interés turístico de la zona».

Arzúa y Arca, a la espera

En plena Semana Santa y, por tanto, en el arranque de la temporada de mayor afluencia turística en el Camino de Santiago, el peregrino todavía no dispone de ese servicio de atención ni en Arzúa ni en O Pino, donde están pendientes de que el Obispado de Santiago renueve con Turismo de Galicia el convenio que permite contratar personal para, en este caso, la iglesia parroquial de la localidad arzuana y para la de Arca.

En los últimos tres años únicamente se contrató a una persona para atender los dos templos, a pesar de que están ubicados en las últimas etapas del Camino de Santiago y de que Arzúa, a mayores, es final de etapa y recibe romeros que transitan por las rutas primitiva y del norte, amén de los que recorren el itinerario francés, que se mantiene como el más transitado. En la comunidad de los Padres Guanellianos desconocen, de momento, cuándo y con cuánto personal van a contar para atender al peregrino en las iglesias parroquiales de Arzúa y Arca, que hasta el 2015 contaron con un trabajador cada una.