Residentes de Melide llevan años esperando a que se repare una pista intransitable

Natalia Rodríguez Noguerol
n. noguerol MELIDE / LA VOZ

MELIDE

CEDIDA

El vial afectado se encuentra en Castro, una de las parroquias más habitadas por su proximidad al casco urbano

01 feb 2018 . Actualizado a las 05:10 h.

Los vecinos de Castro, en Melide, están cansados de esperar por el arreglo de la principal pista de esta parroquia situada a solo dos kilómetros del casco urbano. Su estado es calamitoso. Es innegable. Para comprobarlo, basta con subirse al coche y adentrarse en ella, desviándose desde la carretera general de referencia para desplazarse a A Coruña, la autonómica AC-840 Betanzos-Agolada. Se accede directamente a la pista por Casanova y, desde ese núcleo hasta el que lleva el mismo nombre que la parroquia, discurre a lo largo de unos 300 metros que están hechos unos zorros. De la aldea de Castro a la de Cazallas, el vial, sin estar en el lamentable estado de ese primer tramo, deja bastante que desear.

«Non hai cunetas, nin hai nada», dicen los vecinos, que llevan años esperando a que desde el Concello melidense ejecuten la reparación del vial. En la sede consistorial, el gobierno de la alcaldesa del PP, Dalia García Couso, es consciente de la demanda de los lugareños, toda vez que les ha sido trasladada en reiteradas ocasiones. Acometer el arreglo integral de la pista, con un tramo prácticamente sin asfalto por el enorme tamaño de los baches -«non hai firme por onde pasar», denuncian los vecinos- es de recibo. Cuentan los afectados por el estado que presenta que «nunca máis lle tocaron desde que a fixeron, salvo tapar algunha fochanca de vez en cando». Y el vial se abrió hace ya más de tres décadas, según apuntan.

El deterioro de la carretera fue en aumento de unos diez años a esta parte. Y es constante. Según explican los vecinos, al no tener cunetas para canalizar la recogida de aguas pluviales, estas discurren por el firme y lo deterioran. «É intransitable», afirman para llamar la atención sobre la urgencia de repararla porque «non é unha pista do monte, nin de concentración pola que non vai ninguén». Los vecinos directamente afectados por el estado que presenta son alrededor de una treintena, los que residen en las viviendas por delante de las que discurre la carretera. Pero son más los que utilizan el vial. Sin salir de la parroquia de Castro, el núcleo de Cazallas es de los más habitados de la zona rural porque es una prolongación del casco urbano.

La adjudicación de la obra se frustró con 6 firmas desde el 2016

La reparación de la principal pista de Castro es una actuación incluida, junto con otras dos que se ejecutarán en la parroquia, en un proyecto del Plan de Obras y Servicios (POS) provincial, aprobado por el Concello de Melide en el 2016. Así lo expone la regidora, Dalia García Couso, para defender que la obra «sempre foi unha prioridade» desde su llegada, por aquel entonces, a la alcaldía. La razón por la que aún no se acometió es que ninguna de las seis empresas con las que se intentó resolver la adjudicación -se recibieron más de 30 ofertas- cumplía con los pliegos de contratación de la Diputación coruñesa. «Vamos pola sétima empresa, confío en que sexa a definitiva», explica la regidora, que dice lamentar el retraso, pero «os prazos son impepinables». García rechaza así las críticas que, cuestionando su capacidad de gestión, vertió el PSdeG, «que tiña que ter constancia desta situación porque é pública e notoria».