El museo de Melide está cerrado en su 40 aniversario por falta de fondos para mantenimiento

Natalia Rodríguez Noguerol
natalia noguerol MELIDE / LA VOZ

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Es el quinto año que la galería cesa su actividad hasta mayo al tener solo el apoyo de la Diputación

21 ene 2018 . Actualizado a las 05:10 h.

El museo comarcal de Melide cumple cuarenta años, pero no está para fiestas. Al menos, hasta mayo, que será cuando la galería reabra sus puertas, luego de un descanso obligado de cuatro meses. La falta de fondos ha obligado de nuevo a interrumpir la actividad de la institución, condenada a ese impás temporal desde hace cinco años. La recaudación de las cuotas que abonan sus más de doscientos socios y la aportación de la Diputación, que es la única administración pública que respalda económicamente el museo, no alcanza para el mantenerlo abierto todo el año.

Tras varios intentos fallidos gestionando ante diferentes administraciones públicas la concesión de fondos, el director de la galería, Xosé Manuel Broz, poca más salidas ve que la que expresa en su deseo de que «aparecese un mecenas que, tendo en conta o rico patrimonio, a actividade e a historia do museo, quixera velo aberto dende mañá mesmo». Asegura Broz que «non son moitos cartos comparado co que se gasta noutros proxectos vinculados ao Camiño de Santiago». Unos 10.000 euros bastarían, según precisa, para cubrir esos cuatro meses de actividad de la institución, donde dos trabajadoras, amén de atender las visitas y el servicio de información turística que también ofrece la institución, realizan labores de inventariado e investigación del patrimonio e historia de la comarca.

El director del Museo Terra de Melide recurre a una comparativa con otros proyectos vinculados al Camino de Santiago para reivindicar respaldo institucional por el particular vínculo de la institución museística con la ruta jacobea. Su sede en la histórica plaza de O Convento, donde confluyen en Melide los Caminos Francés y Primitivo, fue antiguo hospital de peregrinos. Y la propia galería, a excepción de en Lugo y Santiago, es la única en el tramo gallego de esos dos itinerarios. Pese a ello, «nunca se dignaron a facer unha visita oficial», cuenta.