«Tenemos nuevas entidades que nos piden alimentos para más personas»

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

MELIDE

SANDRA ALONSO

En la gran recogida de diciembre se llenará el almacén del Tambre, porque «en Santiago son muy generosos», afirma la coordinadora del Banco de Alimentos Rías Altas

12 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Montse Posse es la encargada de coordinar el trabajo del área de Santiago y Barbanza del Banco de Alimentos Rías Altas (Balrial), que tiene almacenes en Compostela, A Coruña y Ferrol para abastecer a las entidades de cada zona. Este banco es «el único de la provincia de A Coruña que pertenece a la Federación Española de Bancos de Alimentos, y hace unos días se rechazó la incorporación del otro de Santiago».

-¿Qué importancia tiene pertenecer a la federación española?

-Es una cuestión de transparencia y de garantías. La federación ejerce un control estricto para garantizar el destino de todos los donativos. Con una aplicación se coteja que las mismas personas no reciben alimentos de varias entidades. No olvidemos que los bancos de alimentos, al menos los nuestros, no entregan los productos a las personas, sino que se entregan a las entidades sociales. Son ellas las que reparten, y hay una persona en el banco, por cuestión de protección de datos, que revisa que no se produzcan duplicidades. Otra importante ventaja es que los bancos de la federación estamos conectados en red y compartimos excedentes. Si en Santiago sobran refrescos y faltan en A Coruña, se envían; y si en A Coruña sobra leche que falta aquí, nos la manda. Por supuesto, todo funciona con voluntarios. En este banco no cobra nadie, todo lo que se recibe va a atender necesidades.

-Hace unos días desde Cáritas alertaban de la cronificación de la pobreza. ¿Cuál es la situación, por su experiencia?

-Nosotros estamos recibiendo peticiones de alimentos de entidades nuevas, con gente nueva. Lo que se está detectando es que, además de aquellos que no tienen ingresos y que forman parte del circuito desde hace años, tenemos un grupo de demandantes que son trabajadores con nóminas bajas que piden alimentos, porque no les llega. Al principio de la crisis, un sueldo de mil euros era una miseria; ahora hay muchas nóminas de 400 y poco euros para mantener una familia. Hace unos años no se pedían alimentos preparados ni conservas, ahora las familias padecen pobreza energética, y las personas necesitan alimentos que no tengan mucho tiempo de cocción. Si les damos un kilo de garbanzos secos y otro en bote, creo que es fácil saber qué prefieren. No es porque no quieran cocinar, sino porque los secos gastan energía.

-¿Es suficiente lo que aporta el Banco de Alimentos para mantener a una familia?

-Somos un completo. Los recursos son limitados, y por eso es tan importante controlar el reparto. De hecho, nos vinieron entidades a preguntar si podían estar en los dos bancos de Santiago, y les dijimos que no, porque hay que repartir. No sería justo que una persona reciba doblemente, y otra se quede sin nada. No voy a hablar de lo que hacen otros, pero nosotros tenemos una auditoría externa. En nuestro caso, podemos dar cuenta del destino de todos los kilos de comida del banco. No podemos dar el 100 % de lo que necesitan las familias, pero sí llegamos a un porcentaje alto. Y las entidades son fundamentales en este trabajo. Por ejemplo, cuando nos llega fruta, verduras o yogures, llamamos a las entidades, y vienen inmediatamente para repartir entre sus usuarios. Es un trabajo que hay que hacer con rapidez, porque hay un tiempo limitado. De ahí que sea tan importante el control de la propia federación.

-¿Qué hay de cierto en el comentario de que su banco enviaba la recaudación de la gran recogida de Santiago a A Coruña?

-Es totalmente falso. Los 70.000 kilos recaudados el año pasado en la gran recogida en Santiago y en Barbanza se quedaron en esta zona y abastecen durante todo el año a las entidades del área. La gran recogida no solo es en Santiago, se hace también en supermercados de Barbanza: Rianxo, Ribeira, Pobra, Serra de Outes, entre otros concellos; y en Santiago, Ames, Padrón, Arzúa o Melide. Lo de las campañas en supermercados a lo largo de todo el año también se almacena en el polígono del Tambre, que ahora está bajo de reservas, porque estamos a final de año. Es lógico, se ha hecho bien el trabajo, y hay que volver a llenar la despensa. Repito: se envía fuera después de atender nuestras necesidades y si hay excedente.

-¿Cómo responden los compostelanos en esta campaña?

-El año pasado fueron especialmente generosos. La gente se vuelca, y las donaciones son espectaculares. Este año esperamos llegar a los 80.000 kilos en la gran recogida del 1 y 2 de diciembre, y pediremos artículos prioritarios, como aceite, harina, cacao, cereales, alubias, comida preparada, y conservas de pescado y vegetales; además de productos de higiene personal. Está abierto el plazo para inscribirse como voluntario en la web www.granrecogidacoruna.org o en los teléfonos 981 936 772 y 639 166 272. Se necesitan 1.400 voluntarios. En Santiago, el colectivo universitario es muy colaborativo, y también contamos con personas de las entidades sociales, y de institutos y colegios como Compañía de María y Peleteiro. Lo más complicado son las localidades pequeñas, y para clasificar en el almacén del polígono del Tambre durante el mes de diciembre.

Una ruptura salpicada de polémica

En Santiago funcionan dos bancos de alimentos. Uno, el Rías Altas, integrado en la Federación Española de Bancos de Alimentos, y con almacenes en Santiago para atender todo el área compostelana y Barbanza, en Ferrol y A Coruña. El otro es el Banco de Alimentos de Santiago, presidido por José Pita, también vicepresidente del Banco de Alimentos de Lugo. Este banco surgió tras la ruptura con el Banco Rías Altas. El enfrentamiento entre ambas entidades llegó incluso a los tribunales, al intervenir la federación española para que la de Pita se abstuviera de usar el anagrama de los dos pájaros en sus campañas. Este logo es identificativo de los bancos inspeccionados por la federación y que siguen el protocolo que garantiza la transparencia de sus actividades. La federación también respaldó la petición del grupo de Santiago para que Pita devolviera los alimentos y los equipos que pertenecían a la sección compostelana del Banco Rías Altas, cuando Pita decidió romper con ellos.