El cannabis legal de Palas de Rei que asombra a los peregrinos

X. R. Penoucos / S. Varela SARRIA / LA VOZ

MELIDE

Amando Sande, uno de los propietarios de la plantación y teniente de alcalde de Palas de Rei, entre los ejemplares de cannabis.
Amando Sande, uno de los propietarios de la plantación y teniente de alcalde de Palas de Rei, entre los ejemplares de cannabis. Alberto López< / span>

Una gran plantación de cáñamo en San Pedro de Meixide genera dudas y bromas entre los romeros. Muchos incluso cortan alguna pensando que les servirá para seguir con más alegría la ruta hacia Compostela

21 ago 2014 . Actualizado a las 11:57 h.

Los peregrinos que hacen el Camino Francés están acostumbrados a encontrarse por sorpresa con monumentos y parajes de gran belleza en cada rincón. Con lo que ya no cuentan es con toparse en plena ruta jacobea con una gran plantación que tiene todo el aspecto de ser de marihuana.

El sitio en el que se halla este vergel es San Pedro de Meixide, entre el municipio lucense de Palas de Rei y el coruñés de Melide, y la realidad del caso es que la plantación es de cáñamo industrial, destinado a la fabricación de ropa, piezas para automóviles o cuerdas. Los propietarios son una cooperativa de ocho miembros que iniciaron de manera experimental el cultivo de este producto en Galicia. «Es una alternativa para plantar en muchos lugares del campo gallego que están a monte y de los que no se saca ningún beneficio. Decidimos empezar con este cultivo hace unos dos años y ahora vamos a recoger la primera cosecha, que nos parece que será buena», dice unos de los socios, Amando Sande, que es también teniente de alcalde de Palas de Rei, concello gobernado por el PP.

Las dudas de las personas, sobre todo peregrinos, sobre si el cultivo es de marihuana tienen su lógica. «Las plantas son muy parecidas. Las grandes diferencias son que las hojas de cáñamo tienen entre siete y nueve partes y las de marihuana entre cinco y siete, y las de cáñamo no contienen THC, componente principal de la droga», explica Amando Sande, quien -entre sonrisas- aclara que «para hacerse un porro con nuestro cultivo sería preciso fumarse, como mínimo, una hectárea de plantas».

Los curiosos no advierten estas diferencias tan evidentes que aclara Sande, explicadas también en un gran cartel que hay en la plantación, y por eso es habitual que los más avispados corten alguna para, presuntamente, seguir con más alegría la ruta hasta Compostela. «Es verdad que la gente corta algunas hojas, pero es algo que asumimos con resignación y que esperamos que vaya decreciendo», comenta.

«Es de cajón que nadie con dos dedos de frente puede hacer una plantación ilegal justo en el Camino Francés», sentencia Amando Sande.