Dos familias sirias y otras dos venezolanas se asientan en Dodro para una nueva vida

Uxía López Rodríguez
Uxía López DODRO / LA VOZ

DODRO

Sandra Alonso

Son refugiadas de su país y el Concello les facilitó la búsqueda de casa y trabajo

03 abr 2022 . Actualizado a las 09:04 h.

Jorge y María José; Januss y Clara; Mohannad y Hiba; Chakir y Kefaya. Son los nombres de los nuevos vecinos de Dodro que, junto con sus nueve hijos en total, todos ellos refugiados procedentes de Venezuela y Siria, están asentados en el núcleo de Lestrobe. Llegaron a este municipio a través de varias oenegés, aprovechando la oportunidad que les brinda Dodro de empezar una nueva vida, gracias a la iniciativa local de asentar población en el municipio, para lo que el Concello les facilita la búsqueda de vivienda y de trabajo.

Así, a la llegada en noviembre del 2020 de una familia de origen venezolano, solicitante de asilo internacional, le ha seguido otra pareja de la misma nacionalidad y otras dos sirias. En total, suman 17 vecinos nuevos para Dodro, de los que 9 son menores, con edades comprendidas entre los seis meses y la etapa escolar, de modo que ya estudian en la escuela unitaria de Lestrobe y en el CPI Eusebio Lorenzo Baleirón.

Todas las familias residen en esta aldea de Dodro, que el Concello considera la más idónea para empezar una nueva vida, por tener servicios básicos como el centro de salud o estar mejor comunicada con Padrón y otros puntos. «A mobilidade é un dos maiores problemas para estas familias que chegan e de aí que apostemos por Lestrobe para asentalas», relata el alcalde Xabier Castro. No obstante, el Concello se está encontrando con otro problema grave: la disponibilidad de vivienda, a pesar de que las hay vacías. «Algunhas casas están baleiras e mesmo en camiño de abandono pero, aínda así, custa convencer aos propietarios para que acceden a alugalas», explica el regidor.

Además de la vivienda, el Concello de Dodro les ayuda a encontrar un trabajo y a ello contribuye la «disposición e colaboración absoluta das empresas da comarca», tal y como señala Xabier Castro, a las que le transmite su agradecimiento.

La primera familia de origen venezolano que llegó a Lestrobe, en este caso a través de la Asociación Provivienda, fue la simiente para la iniciativa que tiene el Concello para que Dodro crezca y para que estas personas, solicitantes de asilo, puedan tener un futuro tras un periplo de años por varios países, como sucede con las sirias. Por su situación personal, todas recalaron en Dodro a través de asociaciones u oenegés y, según el alcalde, están muy agradecidas por la oportunidad de poder empezar una nueva vida.

Hiba es uno de los nuevos vecinos. Tiene 30 años y llegó a Dodro con su marido e hijo desde Cádiz, tras salir de su país, Siria, hace ocho años. «En Lestrobe estamos bien; podemos empezar una nueva vida», afirma en un español muy correcto. «Es un pueblo pequeño, pero tranquilo, con gente amable que desde el primer día habla con nosotros, por lo que no estás aislada», señala.

Es dentista pero, de momento, no puede ejercer. Su familia llega a Lestrobe con la idea de quedarse: «es un sitio perfecto para que nuestro hijo pueda salir a jugar fuera sin miedo», dice Hiba.