El reciclaje doméstico aumentó un 20 % en el área de Santiago durante el estado de alarma

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

DODRO

Montaña de cajas acumuladas junto al contenedor azul de la urbanización Campos de Mirabel, en Teo. El viernes los residuos llegaban prácticamente a la altura de la rendija a través de la cual se depositan en el contenedor. Tres días después, y tras pasar el camión encargado de la recogida, vuelve a haber cartón fuera
Montaña de cajas acumuladas junto al contenedor azul de la urbanización Campos de Mirabel, en Teo. El viernes los residuos llegaban prácticamente a la altura de la rendija a través de la cual se depositan en el contenedor. Tres días después, y tras pasar el camión encargado de la recogida, vuelve a haber cartón fuera P. CALVEIRO

Destaca el incremento registrado en Arzúa, A Baña o Dodro

23 jun 2020 . Actualizado a las 16:59 h.

La pandemia ha marcado un antes y un después en la vida doméstica. Muestra de ello, son los datos que en los últimos meses arrojan distintos estudios sobre los cambios en los hábitos de vida derivados del confinamiento. Durante abril y mayo, el encierro y parón empresarial dispararon las compras a través de Internet y los envíos a domicilio. Al mismo tiempo, el miedo al contagio y a la expansión del covid-19 se reflejó en la cesta de la compra, en una mayor adquisición de productos de gran consumo. Todo ello tuvo un efecto directo en la generación de residuos, pero también en el contenido de los contenedores azules y amarillos. Así lo constata Coregal, empresa ligada a Cogami y encargada de su recogida en Compostela y en otros 18 concellos que conforman el cinturón de la capital gallega.

Durante el primer mes y medio del estado de alarma el reciclaje de envases y cartón aumentó un 20 % en los hogares del área de Santiago, afirma Antón Botana, adjunto a gerencia de Coregal, quien destaca que esta mayor aportación a nivel doméstico se vio contrarrestada por la inactividad industrial y comercial. «En las áreas residenciales se llenaron más que otros años los contenedores durante los meses de abril y mayo. Pero, a la par, en zonas que tienen una fuerte actividad empresarial, esta decayó de golpe y hubo menos cantidad de residuos», explica.

Los más aplicados

Botana destaca, en cuanto a la separación de papel y cartón, los casos de concellos como Arzúa o A Baña, «con un mayor peso residencial y donde la incidencia comercial no es tan importante, en los que hubo un incremento en las recogidas de un 32 y 30 %, respectivamente». Y, en lo que se refiere al contenedor amarillo, el portavoz de Coregal pone en valor los resultados obtenidos en Dodro, donde se depositaron cerca de un 30 % más de envases separados. «Mientras que, en concellos como Santiago y Negreira, con más actividad comercial, el resultado fue lo comido por lo servido», apostilla.

«El mayor impacto que vimos fue que el confinamiento llevó a tirar más del comercio online y a generar más cajas. En algunos concellos también nos encargamos de la recogida de voluminosos y se notó que la gente empezó a vaciar los trasteros y a hacer limpieza, aprovechando el tiempo libre. Por ejemplo, en Dodro, prácticamente se duplicó el trabajo en marzo y abril respecto al año pasado», observa Botana. «Hay que tener en cuenta que hubo otros concellos como Santiago, y me consta como vecino, donde el punto limpio no funcionó y la recogida de voluminosos no se estuvo haciendo por la pandemia, ya que hubo concellos que por un tema de precaución y decisiones internas cancelaron servicios como este», añade el adjunto a gerencia de Coregal, quien está «orgulloso de cómo hemos respondido en un momento como este, que nos cogió a todos por sorpresa, para responder a los servicios mínimos».

Coregal explica que el covid exigió un nuevo protocolo que repercute en el ritmo de trabajo y recogida

En las últimas semanas, vecinos de Teo y Santiago han criticado las montañas de cartón formadas al lado de varios contenedores para el reciclaje del papel y cartón. La empresa responsable de su recogida, Coregal, explica que los nuevos protocolos han repercutido en los ritmos de trabajo.

«Cuando se declaró el estado de alarma tuvimos que tomar medidas relacionadas con el covid, con la protección de los trabajadores, en cuanto a los ecoembalajes... Entre ellas, se empezó a aplicar una recomendación que hicieron desde organizaciones y asociaciones estatales, que consiste en que los residuos de papel y cartón estuvieran en una parcela aireando durante 72 horas para evitar la transmisión. «Esto repercute en la recogida, porque le aplicas al proceso y a la ruta un tiempo a mayores que antes no tenías. Como pasó en muchas otras empresas, tuvimos que actuar sobre la marcha a esta situación y creo que Coregal supo reajustarse a las circunstancias y responder a los servicios mínimos», indica Antón Botana, adjunto a gerencia en la empresa de gestión medioambiental.

Puntualiza, no obstante, que «el que un contenedor se encuentre lleno y con cajas a su alrededor no tiene por qué significar siempre que estemos desbordados; porque a veces simplemente se quedan cajas colapsando la rendija estando el contenedor medio vacío y la gente empieza a dejar las suyas fuera». En cuanto al caso concreto de Teo, donde estos días se formaron repetidamente grandes montañas de cartón en ciertos puntos de la parroquia de Calo, desde Coregal afirman que se mantuvo el ratio habitual de recogida, dos veces por semana.