La vega de Lestrobe, en Dodro, esconde varios puntos negros por los residuos

Uxía López Rodríguez
uxía lópez DODRO / LA VOZ

DODRO

Hay, sobre todo, restos de material de obra, pero también un neumático, toallitas usadas y hasta una máquina calcinada

17 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La vega de Lestrobe, como el resto de las Brañas de Laíño, en Dodro, es una zona muy recomendable para pasear y disfrutar (cuando vuelva a ser posible). Pero lo sería más si no hubiera algunas zonas con basura, situadas de lado de la pistas, lo que lleva a pensar que los residuos depositados irregularmente fueron trasladados en vehículos.

Así, la mayor parte se corresponden a restos de material de obra, por lo que se pueden ver a simple vista azulejos y terrazo muy antiguos; uralita, tejas, ladrillos, cemento... En algún caso, este material fue arrojado en el camino y ya está deshecho, como sucede en las proximidades del cauce antiguo del río.

Pero también hay plásticos, botellas, latas, un neumático y hasta una máquina calcinada, que podría ser una expendedora. Todos estos residuos están junto a los caminos por los que se pasea. En una zona hay lo que parecen toallitas usadas, pero todo apunta a que quien las arrojó lo hizo hace tiempo, ya que están casi desechas.

Todos estos restos están esparcidos pese a que en la zona hay carteles que indican que está prohibido tirar basura. «A xente é moi porca», dice una persona que pasea por la zona. Y mucho porque, como señalan desde el Concello de Dodro, hay servicios de recogida de los residuos y no hay necesidad de dejarlos tirados en lugares que no corresponde y mucho menos en la vega de Lestrobe o en las Brañas de Laíño, que también solía ser un basurero encubierto.

Piden concienciación

Como explica un vecino, no puede ser que en una vivienda particular se realice una obra pequeña y los restos de escombro se carguen y se tiren en sitios escondidos a primera vista, como sucede con las pistas de la vega, por las que tienes que caminar para ver los restos tirados de un lado y de otro.

Desde el Concello piden, precisamente, concienciación para evitar este tipo de prácticas, más propias de los tiempos en los que no había un servicio regular de recogida.