El Grupo González adquiere las viejas instalaciones de Campiñas de Laíño

U. López / X. R. Alvite SANTIAGO, RIBEIRA / LA VOZ

DODRO

MERCE ARES

La firma que gestiona el matadero comarcal de Barbanza prevé crear una nueva industria en Dodro en dos años y medio

12 dic 2019 . Actualizado a las 20:13 h.

Las viejas y destartaladas instalaciones del matadero industrial del municipio de Dodro tendrán una nueva vida tras pasar a ser propiedad del Grupo González de Mazaricos, el mismo que gestiona el recinto de sacrificio comarcal del Barbanza situado en Ribeira. El gerente, Manuel González, confirmó que su empresa adquirió este año la firma Campiñas de Laíño que, junto con otras dos de la misma compañía, entró en su día en concurso de acreedores. La idea del comprador es que, en dos años, las instalaciones situadas en Imo vuelvan a estar en marcha, tanto el matadero industrial como la sala de despiece y la fábrica de embutidos y salazón, entre otros usos.

El Grupo González, dedicado a la producción y distribución de productos de primera calidad, tanto carnes como pescados y mariscos, ya tomó posesión de las instalaciones, que, según explica el gerente, necesitan una actuación en profundidad. «Son moi grandes e están moi abandonadas. Alí hai moito que facer; hai que reestruturar todo e iso leva un tempo porque está todo moi abandonado», añade.

El responsable del grupo de Mazaricos explica también que las instalaciones industriales de Dodro «están en moi bo sitio; teñen unha situación privilexiada», a un paso de los municipios de Barbanza, por la antigua carretera comarcal AC-305, pero también de los accesos a la autovía e incluso a la N-550 y a la autopista AP-9.

En el 2012

«Era unha pena que todo aquilo quedara como está, para os paxaros», señala el gerente del Grupo González, en alusión a la inactividad desde hace años de las naves en las que operaban Refojo y González, Campiñas de Laíño e Hipescar, las tres empresas de un grupo familiar que en el 2012 entraba en concurso de acreedores.

En cuanto a la inversión necesaria para poner de nuevo en funcionamiento las instalaciones, Manuel González asegura que se está elaborando el proyecto y que está en estudio pero, a la vista del estado de los inmuebles, no será poca. Cifra en unos tres millones de euros el capital necesario para modernizar el recinto y ponerlo en marcha, y ya están manos a la obra para buscar la financiación necesaria para poder hacerlo.

Sí hay una primera estimación de los empleos que podría crear esta nueva industria cárnica. Una vez que las instalaciones estén funcionando a pleno rendimiento, en un plazo no inferior a dos años, los puestos de trabajo necesarios para el desarrollo de la actividad podrían rondar el centenar. Si en un principio se hablaba de medio centenar de operarios, Manuel González explica que esa cantidad «xa non chega de entrada».

La noticia de la adquisición de la empresa y su futura actividad es una gran noticia para el municipio de Dodro y para la comarca, no solo por poner en uso unas dependencias abandonadas, sino también por la creación de empleo que conlleva.

Un imperio cárnico nacido en Mazaricos hace 35 años

En apenas unos meses, Manuel González Estalote (Mazaricos, 1956) cumplirá sus bodas de oro en el mundo de la carne. Cincuenta años repletos de éxitos que empezaron con una pequeña tienda de congelados en la aldea mazaricana de Beba que se ha convertido en un gigante alimentario con presencia en importantes mercados europeos.

«Empecei con apenas 15 anos nun matadoiro de Liechtenstein onde me ensinaron o oficio. Á volta estiven outros seis noutra empresa de Noia aprendendo a vender, porque tan importante como producir é saber vender», resume el empresario, que tiene en el 15 de enero de 1984 una fecha grabada a fuego: «Foi o día que empezamos coa empresa a miña señora e máis eu. Era un domingo e lémbrome perfectamente que as primeiras caixas de conxelado llas vendemos ao panadeiro de Mirás. A partir de aí, con moito traballo e esforzo, fomos facendo cousiñas». 

Cerrar el círculo

Primero amplió las cámaras frigoríficas, después montó un almacén y más tarde una sala de elaboración de embutidos. A principios del 2013 se hizo con la gestión del Matadero Comarcal do Barbanza, que, junto al cebadero de más de dos mil cabezas que tiene en Mazaricos, le permitió «pechar o círculo de estar presente en todas as partes da cadea». Desde la producción a la distribución -también cuenta con una importante flota de camiones- pasando por una transformación que le ha permitido estar presente, ya no solo en territorio nacional, sino también en otros países del continente europeo como Portugal, Italia o Alemania.

«Aos portugueses vendémoslle vacuno e porcino porque alí temos moita presenza, e polo resto de Europa tamén estamos entrando forte coa carne de porco, un eido no que somos moi competitivos», explica el empresario, que también cuenta con tiendas propias en municipios de la zona, como Mazaricos, Muros, Noia y Ribeira, y dos más en la ciudad de A Coruña. 

En crecimiento

El grupo González cuenta actualmente con más de 120 empleados y una facturación próxima a los 50 millones de euros anuales. Cantidades que, previsiblemente, aumentarán de forma considerable a corto y medio plazo una vez que empiecen a funcionar las nuevas líneas de negocio que prevé poner en marcha.

Además de la creación de una nueva industria cárnica en torno a las instalaciones adquiridas en Dodro, la empresa tiene previsto arrancar el negocio del cebo de vacas aprovechando el tirón que en los últimos años está experimentando el vacuno mayor.

La firma de Manuel González exporta a países como Portugal, Italia o Alemania