El pedófilo de Dodro admite su culpa para rebajar cinco años su condena

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

DODRO

Sandra Alonso

La Fiscalía alertó que la pornografía que poseía era «aberrante» por su brutalidad

12 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Con numerosas pruebas en su contra, el pedófilo de Dodro juzgado ayer en la sección compostelana de la Audiencia Provincial no entró a la sala de juicios con la intención de defenderse, sino únicamente de ocultar lo más posible su identidad. Tapado por una capucha y una bufanda, hasta tropezó contra el estrado porque apenas podía ver a través de tanta tela. Jorge Fragua Laíño tampoco quiso decir nada y se limitó a asentir con un lacónico «de acuerdo, sí» cuando el magistrado que presidía el tribunal, Ángel Pantín, le informó de que el pacto que había alcanzado con la Fiscalía suponía que se declaraba culpable y que aceptaba una condena de cinco años de prisión.

Admitir haber cometido un delito de pornografía infantil le ha permitido a Fragua Laíño reducir a la mitad la pena que inicialmente había solicitado para él el ministerio público, que era de diez años de cárcel. Poco más podía hacer, ya que estaba muy acreditado su delito dado que en la operación contra la pornografía infantil realizada por la Guardia Civil en marzo del 2017 fueron hallados en su domicilio de Dodro numerosos dispositivos electrónicos en los que había centenares de miles de fotografías y vídeos de un contenido pedófilo que, por su dureza y brutalidad, la propia Fiscalía ha calificado de «aberrantes».

En ellos aparecían menores de corta edad, algunos incluso «notoriamente inferiores a 12 años», señala el fiscal, manteniendo relaciones sexuales entre ellos o con adultos e incluso siendo víctimas de abusos y agresiones cometidos por personas mayores.

Las imágenes que estaban en posesión de Fragua eran repugnantes «por la diferencia de edad entre las personas protagonistas de los vídeos, la violencia ejercida sobre los menores, las desproporciones físicas de los órganos genitales de menores y adultos o las posturas y las vías de acceso empleadas en las prácticas pedófilas», reseñó el fiscal, que durante el juicio solicitó expresamente que todo el material incautado al acusado fuese destruido.